EUROPA
PRESS
24 junio
2024
Dermatólogos
recuerdan que se debe acudir a un profesional médico a la hora de realizar un
procedimiento con estético con bótox
El Grupo Español de Dermatología
Estética y Terapéutica (GEDET) de la Academia Española de Dermatología y
Venereología (AEDV) recuerda que es importante "acudir a un lugar
acreditado y ponerse en manos de un profesional médico con experiencia" a
la hora de realizar un procedimiento de dermatología estética, como puede ser
un tratamiento de toxina botulínica.
Ante el reciente ingreso en la UCI de una mujer que recurrió
al tratamiento con neuormoduladores en un piso de
Zaragoza y acabó sufriendo intoxicación por botulismo, el doctor Miguel Sánchez
Viera, coordinador del GEDET, señala que "es obligado que la
administración del fármaco se haga siempre por un médico experto en su uso
(neurólogo, oftalmólogo, dermatólogo, cirujano plástico, médico estético, etc.)
y empleando siempre el fármaco obtenido por los canales oficiales de
farmacia".
Debe ser un profesional médico con un adecuado conocimiento
de la anatomía y fisiología de las estructuras cutáneas, musculares y
nerviosas. "Por este motivo, confirma la doctor Isabel del Campo,
dermatóloga del GEDET, "este procedimiento solo debe realizarse en un
entorno clínico, con adecuadas medidas de higiene y seguridad".
Según del Campo, como todo producto sanitario, solo es
posible bajo prescripción médica a través de los
canales habilitados de farmacia e industria farmacéutica, nunca a través de
páginas de Internet que oferten productos sin control sanitario, ya que no
podemos estar seguros ni de lo que inyectamos ni de la cantidad.
"Comprar este producto en el mercado negro o autoinyectárselo sin tener el conocimiento adecuado de la
anatomía facial es un riesgo muy alto para la salud pública. Esos productos que
se compran ilegalmente no sabemos de dónde proceden, qué toxina contienen o qué
dosis, ni cuál ha sido su conservación", aclara la también dermatóloga del
GEDET, la doctora Elia Roo.
¿Y si se inyecta en una dosis más alta de lo conveniente?
Para el doctor Miguel Sánchez Viera, las dosis de
neuromoduladores que se emplean para tratar enfermedades son seguras y están
muy lejos de la necesaria para producir botulismo en caso de ingestión o
administración accidental. "En estética las dosis son aún menores y por
tanto más seguras", señalan.
En caso de no haber pasado los controles necesarios y usar
una dosis mayor de la aprobada, puede dar como resultado un cuadro tan grave
como es el botulismo, añade Roo. "La inyección tiene que hacerse en la
dosis justa, en los músculos adecuados, de lo contrario las consecuencias a
nivel estético pueden ser una caída de párpados, de cejas y parálisis excesiva,
pero obviamente el mayor riesgo es la difusión de este producto por el
organismo, el botulismo", explica la experta.
"El butulismo ocasionado por
la infiltración de neuromoduladores se llama botulismo iatrogénico, y se asocia
a la inyección de dosis muy altas, lo que hace que se difunda por el organismo
aunque se inyecte en una zona localizada; se asocia también al uso de productos
ilegales no autorizados y comprados en el mercado negro sin control sanitario
que evalúe si está contaminado o la dosis que contiene", explica la
doctora Roo.
Las toxinas aprobadas por la Agencia Española del
Medicamento a día de hoy han pasado por un control muy exhaustivo, tanto en su
proceso de fabricación como en la venta a través del canal farmacia con unas
condiciones de conservación muy estrictas. Esto, según las dermatólogas, aporta
seguridad de cara al procedimiento y el paciente. "Además, en caso de un
posible efecto secundario, un profesional cualificado sabe cómo resolverlo,
algo que no sucede con alguien que no lo es", concluye Roo.