EL
MUNDO
13 junio
2023
Cáncer
de piel, los expertos piden extremar las precauciones ante la radiación
ultravioleta que ya alcanza niveles peligrosos en España
Rocío R. García-Abadillo
Los dermatólogos alertan del aumento de
los casos de los tumores cutáneos: un 40% en los últimos cuatro años en España
Los meteorólogos ya lo han advertido: este verano va a ser
uno de los más calurosos de los últimos 30 años. El año pasado experimentamos
en carne propia los estragos de las altas temperaturas (fue el estío más
caluroso en España y en Europa desde que hay registros). El sol es cada día una
amenaza mayor: la radiación ultravioleta ya alcanza niveles peligrosos en
nuestro país y conviene recordarlo en este Día Mundial del Cáncer de Piel.
Según datos de la Academia Española de Dermatología y
Venereología (AEDV), en España la incidencia del cáncer de piel ha aumentado un
40% en los últimos cuatro años -anualmente se diagnostican más de 78.000 nuevos
casos-, a pesar de que es altamente prevenible: con medidas de prevención
básicas se podría evitar más del 95% de los casos. La Sociedad Española de
Oncología Médica (SEOM) estima que este 2023 serán diagnosticadas con un
melanoma de piel 8.049 personas.
La incidencia para carcinoma basocelular está en unos 120
casos por cada 100.000 habitantes, unos 40 por cada 100.000 en el caso de los
carcinomas escamosos y en melanoma la cifra es más baja: 12 casos por cada
100.000 habitantes, aunque se estima que para 2040 el melanoma, el más agresivo
y con peor pronóstico, se convertirá en el segundo tumor en incidencia global y
el primero en incidencia en varones, por delante de colon y pulmón.
Tipos de cáncer de piel
¿Cómo es cada uno de ellos? El carcinoma basocelular o de
células basales es el más frecuente (representa alrededor del 20-30% de todos
los cánceres de piel del mundo). "A la población no le suena porque no
suele matar. Es un tipo de tumor que crece, por lo general, muy lentamente y se
detecta porque roza y sangra, porque una herida no cura, hay algo que no se
parece al resto...", explicó Eduardo Nagore, dermatólogo y jefe clínico
del Instituto Valenciano de Oncología (IVO), a este periódico en el 50º
Congreso de la AEDV, celebrado a mediados de mayo en Santiago de Compostela
El segundo en frecuencia es el carcinoma espinocelular,
también conocido como carcinoma epidermoide o de células escamosas.
"Mientras que el basocelular lo puedes ver en gente relativamente joven,
el epidermoide es muy típico de personas mayores. Todos los cánceres aumentan
con la edad, pero el epidermoide está muy relacionado con la cantidad de sol
acumulada, el daño por radiación ultravioleta acumulado en la vida. Es muy
típico en personas que trabajan en la agricultura o la construcción, por
ejemplo, y tienen lesiones premalignas que se pueden tratar, que son las
queratosis actínicas por la exposición crónica a la radiación, y el propio
tumor que crece rápido".
El melanoma es el que conoce todo el mundo porque, aunque es
menos frecuente, produce el 80-90% de las muertes por cáncer de piel. "Hablamos
de melanoma, pero en realidad deberíamos hablar de melanomas porque hay
diferentes tipos. Es uno de los temas que se han tratado en una reunión en el
congreso. Hay uno que tiene que ver con la acumulación de daño por el sol,
típico del agricultor y gente que trabaja todo el día en la calle, como en el
epidermoide. No es el más frecuente, es un 15% de los melanomas. Luego hay un
volumen importante de melanomas cuya relación es la exposición potente
intermitente, o sea, de tipo vacacional, recreacional, que ahora mismo es lo
que predomina porque te pasas todo el año entero metido dentro de un edificio
sin ver el sol y cuando llegan las vacaciones nos lanzamos a la playa",
continuó Nagore.
El dermatólogo indicó que hay otros tipos de melanomas como
los que aparecen en las zonas acrales (plantas de los pies, uñas...).
"Podrían tener relación con la presión, el roce, pequeños traumatismos, y
se presentan con más frecuencia en trabajadores de la construcción o del campo
precisamente por el tipo de movimientos y fuerzas que hacen. Además, hay otros
tipos que no son estrictamente nuestro campo, por ejemplo, los melanomas de
mucosas, que dependiendo dónde estén a veces los vemos los dermatólogos o los
ven los ginecólogos/urólogos, o el melanoma ocular, que es cosa de los
oftalmólogos", comentó Nagore.
El dermatólogo señaló que la gente identifica el melanoma
solo como el de tipo vacacional y eso hace que a veces se detecten tarde.
"Por ejemplo, los acrales, la gente no lo piensa y son tratados como un
pie diabético o un callo, la uña como una onicomicosis... El melanoma, tanto en
el hombre como en la mujer, puede darse en cualquier parte de la piel y la piel
incluye las plantas de los pies las uñas, los anejos, el cuero cabelludo, la
calva, etc.". Luego hay otros cánceres de piel como los sarcomas o como el
de las células de Merkel, que es el más agresivo, aunque muy poco frecuente, y
se relaciona una parte con infección por un virus y otra parte por la radiación
solar, añadió Nagore.
Las personas mayores, las más vulnerables
Además de la predisposición genética que pueden tener
algunas personas, hay poblaciones más vulnerables, no
necesariamente por haber estado expuestos a mayor cantidad de radiación solar
en su vida. Por ejemplo, las personas trasplantadas que han recibido terapia
inmunosupresora. La edad es otro de los factores a tener en cuenta en los
tumores cutáneos. El melanoma es muy poco frecuente en la infancia (inferior al
1% de los casos), pero en el anciano es bastante frecuente ya que hay una disminución
de la respuesta inmunitaria.
"En esta edad el melanoma se presenta sobre todo en la
cabeza, el cuello y las zonas acrales (manos y pies). Como la mayoría de casos
se diagnostican en estadios ya avanzados, los pronósticos suelen ser mucho
peores que en otros grupos de edad: mientras que los melanomas en el anciano
suponen el 40% de los melanomas diagnosticados, provocan el 60,2% de las
muertes por la enfermedad", subrayó Nagore. El dermatólogo hizo hincapié
en que los carcinomas basocelulares, que no deberían dar problemas, pueden
llegar a ser algo muy serio por dejadez, también más frecuente en personas
mayores. "A una persona joven no le pasaría eso, pero a un anciano que le
da vergüenza, se lo tapa, no va al médico...".
"Tenemos un problema a la hora de saber la incidencia
real del cáncer cutáneo porque, así como en el melanoma la incidencia está
recogida en todos los registros porque es el tumor de la piel que más
mortalidad produce, el carcinoma basocelular y sobre todo el escamoso o
epidermoide no están recogidos muchas veces en los registros porque se
consideran tumores que no causan mucha mortalidad y es difícil saber las cifras
exactas. Pero un 40% es el porcentaje de incidencia estimado", analizó
Yolanda Gilaberte, jefa de Servicio de Dermatología en el Hospital Miguel
Servet de Zaragoza y presidenta de la AEDV, también en el congreso de esta
sociedad.
Esta incidencia no es solo en España, sino a nivel global.
"Si observamos el mapa, Australia es el país del mundo que más incidencia
tiene desde hace años, sobre todo por la gente que emigró de Inglaterra e
Irlanda y se fueron allí, que está al lado del Ecuador, y sus organismos no
estaban preparados para eso. También EEUU y luego todas las zonas del norte de
Europa, especialmente por los periodos vacacionales que hacen más en el
sur", indicó Gilaberte.
La mayor incidencia, reflejo de décadas pasadas
Cabe preguntarse por qué si cada vez hay más concienciación
sobre el peligro de la exposición al sol la incidencia ha aumentado un 40% en
cuatro años. Nagore explicó que en una de las charlas del congreso se habló de
la epidemiología del melanoma. "Antes de que Coco Chanel le diera la
vuelta, ser 'blanquito' era una forma de distinguirse del vulgo, del agricultor
que trabajaba la tierra, por ejemplo. El cambio también fue en el fondo una
distinción: soy rico y me lo puedo permitir, me lo paso bien al aire libre y
voy a ponerme moreno, en la playa, que es diferente del 'moreno obrero'. Esto
ha durado décadas y todas las generaciones que hemos vivido hasta que se dijo
que la radiación ultravioleta favorecía el cáncer nos hemos quemado al ir a la
playa".
El dermatólogo añadió: "Tu padre te decía 'así se curte
la piel, en dos o tres días no te pasará' y efectivamente, pero la quemadura te
la llevabas. La consecuencia de la memoria de la piel es que van saliendo los
cánceres. Si nuestros padres no nos protegieron es porque no se sabía, o nos
habrían educado en el 'no salgas ahora que te vas a quemar'. Ahora sí se oye
'no te olvides el protector' o ves a gente que va con su hijo al fútbol y le
ponen protector, o en la playa, donde usan también gorros y sombrillas. Así que
la expectativa es que esta incidencia disminuya porque ahora hay más
concienciación, pero ese efecto se ve en 20, 30 o 40 años, eso por un lado, y,
por otro, la concienciación es de aquella manera porque la gente sabe que el
tabaco es malo y sigue fumando, cada vez antes. Pues si en esa batalla que
llevamos más tiempo estamos así, qué no va a pasar con el tema de la exposición
solar".
Gilaberte piensa como Nagore. "En unos años veremos un
poco los resultados de esa mayor concienciación actual para fotoprotegerse
mejor. Acabamos de hacer un estudio en el que pasamos un cuestionario de
fotoprotección entre personas a las que han diagnosticado un cáncer de piel y
lo comparamos con personas sin cáncer cutáneo. Todos indicaban que ahora mismo
usan un factor de protección alto y de forma habitual, pero cuando les
preguntábamos qué hacían 15 años antes, los diagnosticados de cáncer usaban
menos protectores y factores más bajos que los que ahora no tienen cáncer de
piel".
La presidenta de la AEDV habló también de la necesidad de
tener en cuenta el cambio climático. "Si la temperatura cada vez es más
alta vamos a estar más expuestos, porque si hace frío te abrigas mucho y te
quedas en casa, cuando hace calor te quitas la ropa y expones más tu piel. Hay
que considerarlo y estudiar también el efecto, que no se conoce aún, que puede
tener el calor en potenciar o no el efecto dañino de la radiación ultravioleta.
No tenemos protección frente al infrarrojo que da el calor y al ser las
temperaturas cada vez más altas es una incógnita que tenemos que empezar a
estudiar".
Salto brutal en tratamientos
No todo son malas noticias. Aunque el tratamiento general de
un tumor cutáneo es la cirugía como base, en ocasiones no se puede realizar ni
aplicar radioterapia, por ejemplo. "Para carcinoma basocelular localmente
avanzado tenemos desde hace unos cuantos años vismodegib
o sonidegib, que inhiben la vía molecular que produce
el carcinoma basocelular y reducen el tumor mucho, incluso hasta la nada. En
carcinoma escamoso avanzado hay un tratamiento que es el cemiplimab,
un inhibidor de punto de control inmunitario PD-1/PD-L1 (en este caso, el
blanco es la PD-1), que está aprobado tanto por la FDA como por la EMA para el
carcinoma escamoso cutáneo avanzado, pero en España está indicado para el
cáncer de pulmón, aún no incluye esta otra indicación", explicó Gilaberte.
La dermatóloga agregó que en melanoma lo que más se usa es
la inmunoterapia, "que también inhibe sobre todo esas PD-1 y PD-L1, y ahí
están por ejemplo el pembrolizumab, nivolumab, ... Y otros inhiben los
linfocitos, como ipilimumab. Estas inmunoterapias están indicadas sobre todo en
melanoma metastásico, pero también están recolocando lo que se llama neoadyuvancia, es decir, antes de que ese tumor produzca
metástasis generalizadas se introducen estos tratamientos y parece que mejoran
el pronóstico. O para los melanomas que tienen mutaciones en BRAF. En melanoma
es donde más avances se están haciendo". Teniendo en cuenta que es el
tumor cutáneo que más mortalidad provoca, todo avance es poco.
Según Nagore, en general en todos los cánceres los avances
se dan en dos grandes pilares: "Gracias a que ahora se conoce molecularmente
cuáles son los genes que están mutados, el origen de por qué el tumor se
multiplica, se han desarrollado fármacos que lo bloquean. Son todos los
inhibidores, que se llaman, los inhibidores de las tirosin-quinasa
(TKIs), o sea, medicamentos que actúan frente a
moléculas que están implicadas en ese proceso de división frenética de una
célula".
El otro pilar "brutal" es la inmunoterapia.
"Es el salto cualitativo, descomunal. En cualquier cáncer del tipo que sea
hay una batalla entre la 'célula alien' que se
multiplica y empieza a invadir y el sistema inmune que trata de destruir ese 'alien'. Pero el tumor genera unas moléculas que bloquean
esa respuesta inmunitaria. Al identificar esto se desarrollaron medicamentos
que lo desbloquean, ese es el gran cambio con la inmunoterapia. Por dar algunas
cifras: antes de estos fármacos, en melanoma tenías metástasis y te morías en
un 85% de probabilidades en dos años. Ahora mismo la gente sobrevive un 60% en
cinco años. Aunque tiene su contrapartida y es que puede desencadenar
enfermedades autoinmunes, pero es un avance inmenso, la inmunoterapia es el
'boom' de la oncología".