EUROPA
PRESS
19 mayo
2023
Crioestimulación,
en qué consiste este nuevo tratamiento complementario contra la obesidad
La crioestimulación
de todo el cuerpo es un tratamiento "complementario" útil para la
obesidad, según sugiere una investigación que se presenta en el Congreso
Europeo sobre Obesidad (ECO) que se celebra en Dublín (Irlanda).
Los niveles de colesterol y otras grasas en sangre mejoraron
el doble en personas con obesidad expuestas a frío extremo durante un breve
periodo de tiempo, en comparación con las que recibieron un tratamiento
simulado.
Los sometidos a crioestimulación
corporal completa también experimentaron una mayor reducción del perímetro de
la cintura y de los niveles de azúcar en sangre.
En palabras del doctor Jacopo Fontana, del Istituto Auxologico Piancavallo IRCCS (Italia), recuerda que "se sabe por
investigaciones anteriores que la crioestimulación
corporal completa puede tener efectos potentes en el cuerpo humano".
Puede aumentar la actividad del sistema nervioso
parasimpático y actuar como un novedoso tratamiento antiinflamatorio y
antioxidante que, en conjunto, puede tener efectos beneficiosos sobre la
composición corporal, incluida la proporción de tejido adiposo", añade.
Es este sentido, destaca que "cada vez son más los trabajos
que sugieren que la crioestimulación corporal
completa es un tratamiento adyuvante o complementario útil para una serie de
afecciones, como la artritis reumatoide, la fibromialgia, la esclerosis
múltiple, las afecciones musculoesqueléticas inflamatorias y la COVID
prolongada. Queríamos investigar su posible papel coadyuvante en el tratamiento
de la obesidad".
El doctor Fontana y sus colegas estudiaron el efecto de la crioestimulación corporal completa en la composición
corporal, la presión arterial, la variabilidad de la frecuencia cardiaca, los
perfiles lipídicos y hematológicos y el rendimiento físico de personas con
obesidad.
Un total de 29 participantes (12 hombres y 17 mujeres, con
un IMC >30 kg/m2) fueron hospitalizados para someterse a un programa de
rehabilitación multidisciplinar (que incluía un plan dietético personalizado,
apoyo psicológico y actividad física supervisada) y asignados de forma no
aleatoria a un grupo que recibió 10 sesiones de crioestimulación
corporal completa de 2 minutos a 110°C bajo cero en una criocámara
durante dos semanas (WBC) o a un grupo de control que recibió la misma
intervención a temperaturas no crioestimulantes de
55°C bajo cero (SHAM).
Se mantuvo un contacto vocal y visual regular con los
pacientes, que vestían ropa mínima, como camiseta, pantalones cortos y zuecos
de plástico, y se habían quitado gafas, lentillas y joyas metálicas antes de
entrar en la cámara.
Los niveles de triglicéridos, colesterol total y colesterol
HDL y LDL disminuyeron en ambos grupos, pero los descensos fueron el doble en
el grupo de crioestimulación corporal completa. Al
cabo de dos semanas, los niveles medios de triglicéridos habían descendido un
17% en el grupo WBC, frente al 8,7% en el grupo SHAM, el colesterol total
(descenso del 20,2% en el grupo WBC frente al 9,4% en el grupo SHAM), el HDL
(descenso del 12,7% frente al 6,3%), el LDL (descenso del 24,7% frente al
10,5%).
Del mismo modo, los niveles de glucosa en sangre (descenso
del 10,3% frente al 2,8%) y el perímetro de la cintura (descenso del 5,6%
frente al 1,4%) disminuyeron en ambos grupos, pero los descensos fueron mucho
mayores en el grupo de crioestimulación corporal
completa.
Se cree que estos resultados se deben a que las bajas
temperaturas favorecen la conversión del tejido adiposo blanco en tejido
adiposo marrón. A bajas temperaturas, la grasa parda descompone el azúcar
(glucosa) y las moléculas de grasa para crear calor y ayudar a mantener la
temperatura corporal.
La presión arterial diastólica disminuyó más en el grupo de crioestimulación corporal completa (un 9,9% frente a un
3,9%), mientras que la frecuencia cardiaca disminuyó en el grupo SHAM pero
aumentó en el grupo de crioestimulación corporal
completa.
El rendimiento físico, medido en pruebas de fuerza de agarre
con las manos y velocidad al caminar, mejoró en la misma medida en ambos
grupos.
La actividad del sistema nervioso parasimpático, la rama del
sistema nervioso autónomo que relaja el cuerpo tras periodos de estrés y
controla la frecuencia cardiaca, la presión sanguínea, la digestión y otras
respuestas "automáticas" (involuntarias) durante los periodos de
descanso, aumentó en ambos grupos, pero el aumento fue mayor en el grupo de crioestimulación corporal completa.
El doctor Fontana afirma que "la actividad del sistema
nervioso parasimpático, o tono parasimpático, se asocia en estudios clínicos
con el bienestar mental y físico y un menor riesgo de
mortalidad, sobre todo en lo que respecta a las enfermedades cardiovasculares.
Un aumento del tono parasimpático, como el observado aquí, tiene posibles beneficios
para la salud de los participantes a corto y largo plazo".
Los investigadores concluyen que la temperatura de menos
110°C en el grupo de crioestimulación corporal
completa indujo efectos más fuertes en los perfiles metabólicos y hematológicos
(glucosa y lípidos), la composición corporal (perímetro de la cintura) y los
signos vitales que los menos 55°C experimentados por el grupo SHAM.
"Nuestros resultados indican que la crioestimulación
de cuerpo entero es beneficiosa en el tratamiento de la obesidad --concluye el
doctor Fontana--. Las mejoras en las grasas y la glucosa en sangre fueron
especialmente llamativas, pero se necesitan estudios más amplios y de mayor
duración para confirmar estos resultados preliminares".
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