EL
MUNDO
5 marzo
2024
Obesidad:
"El IMC ha muerto. Hay que dar paso al estudio de la composición
corporal"
Candela Hornero
Los médicos reclaman que se hagan
estudios más completos que contemplen el tejido adiposo. "La relación
peso-altura es un diagnóstico simplón", dice el vicepresidente de la Seedo
Se considera que una persona tiene sobrepeso cuando su
índice de masa corporal (IMC) es de 25kg/m2 a 29,9 kg/m2 y obesidad cuando es
superior a 30kg/m2. «Actualmente con esta relación de peso y altura a una persona
se le pone la etiqueta de sufrir obesidad», expresa en desacuerdo Albert
Lecube, vicepresidente de la Sociedad Española de Obesidad (Seedo) y jefe del
Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Arnau de Vilanova de
Lleida. «Esta forma de diagnosticarla tiene muchos detractores y cada vez somos
más conscientes de que es una manera bastante simplona».
Este parámetro no tiene en cuenta donde se localiza la
grasa, ni si el peso corporal se debe a una gran masa muscular, por ejemplo, un
fisicoculturista, según el parámetro actual, podría indicar que sufre obesidad.
Desde la Seedo piden que se avance en la manera de diagnosticar la enfermedad y
se introduzca lo que se denomina estudio de composición corporal. Este se
realiza con una báscula que mide el porcentaje de grasa corporal, agua y masa muscular
a través de una corriente (indolora) que se transmite por los pies y sale por
las manos generalmente.
Medir la circunferencia abdominal también es un paso
fundamental. A parte de la cantidad de grasa, es importante conocer donde está
localizada. «No es únicamente una enfermedad de depósito de grasa, sino que
esta se enferma, se inflama, se fibrosa y eso da lugar a la aparición de otras
enfermedades», expone Lecube. A lo que añade: «Se tiene más riesgo si esa grasa
enferma está depositada a nivel abdominal, en contacto con las vísceras, o en
el corazón, que si se sitúa en partes inferiores como los glúteos».
«EL IMC es una herramienta sencilla, rápida y nada costosa,
que permite únicamente una primera aproximación. A nosotros nos gusta decir
ahora que el IMC ha muerto y que hay que dar paso al estudio de la composición
corporal», indica el vicepresidente de la Seedo. La perspectiva que se defiende
actualmente es que la obesidad es una enfermedad caracterizada por exceso,
localización y funcionalidad anómala del tejido adiposo que impacta
negativamente en la salud.
«Tenemos que dejar de hablar de la obesidad como si fuera
una única enfermedad. Se propone hablar de obesidades, siendo capaces de saber
diagnosticar correctamente cada tipo», expone Andreea Ciudin, jefa de la Unidad
de Tratamiento Integral de Obesidad del Hospital Vall d'Hebron, durante el XIX
Congreso de la Sociedad Española de Obesidad (Seedo). «Ir más allá del IMC nos
abre este nuevo camino, que está por hacer y será difícil».
A colación, Lecube indica que «debe individualizarse en cada
caso» para conocer qué tipo de obesidad sufre. «Hay que ver a la obesidad como
una enfermedad compleja, con capacidad de tener repercusiones en la calidad y
esperanza de vida de los pacientes. Es importante no basarnos únicamente en el
peso, sino en la cantidad de masa de tejido adiposo. No se pretende que todo el
mundo vista la misma talla de ropa, sino devolver salud a las personas que no
la tienen».
Para el diagnóstico también se solicita un abordaje multiprofesional,
porque ninguna especialidad por sí sola será capaz de controlarla. «No se puede
pretender que sean únicamente los endocrinólogos los que se hagan cargo de
ella. En el tratamiento de la obesidad deben intervenir tanto los médicos de la
atención primaria, medicina interna, nefrólogos, neumólogos, cardiólogos y
ginecólogos... al menos para identificarla y derivarla al especialista»,
declara Lecube. «La obesidad afecta a cualquier aspecto de la vida del paciente
y por tanto cualquier profesional tiene que estar capacitado para para
identificar y tratarla».