EL MUNDO

16 junio 2024

 

Test nutrigenéticos: ¿tener obesidad está escrito en nuestros genes?

Boticaria García

 

Cómo debe actuar nuestro metabolismo está determinado en nuestro ADN. Conocerlo ayuda a establecer planes nutricionales adaptados

 

Cuando te comes un yogur, en tus genes está escrito cómo van a ir digiriéndose y asimilándose sus componentes (la lactosa, las proteínas...). Y es que en los genes está escrito si una persona es más eficiente que otra para metabolizar, por ejemplo, los hidratos de carbono o las grasas.

 

Se trata de una respuesta individual y por eso, aunque tu hermano y tú os comáis el mismo yogur, no lo vais a procesar igual.

 

¿Qué es un test nutrigenómico?

Son pruebas que analizan las variantes genéticas que influyen en cómo se procesan los nutrientes en el organismo y en cuál es la respuesta de cada persona a la dieta. El objetivo de la nutrigenética es entender "de qué pie cojea" cada uno para establecer una estrategia nutricional personalizada.

 

¿Cómo se realiza un test nutrigenético?

1.  Se recolecta la muestra de ADN, que puede ser o bien una muestra de saliva o una extracción de sangre. La muestra se envía a un laboratorio especializado que realizará el análisis genético. Allí se extrae el ADN de la muestra y se analizan las regiones específicas del genoma relacionadas con el metabolismo de los nutrientes.

2.  Tras el análisis llega la interpretación de los resultados. En los resultados se indica cuáles son las variantes genéticas específicas que se han encontrado y se ofrece información sobre cómo estas variantes pueden influir en la respuesta individual a la dieta.

3.  Y por último, la clave: el asesoramiento nutricional. Aquí es donde toda la información obtenida se aterriza y se convierte en menú. Un profesional de la salud interpretará los resultados y recomendará pautas dietéticas específicas para optimizar la ingesta de nutrientes y poder prevenir posibles deficiencias o necesidades nutricionales.

 

¿Qué podemos hacer hoy en función de lo que nos chivan nuestros genes?

Tras analizar los resultados de estos test se pueden implementar pautas nutricionales que persiguen distintos objetivos como:

 

        Prevenir la hipercolesterolemia. Si un test te dice que has resultado agraciado con una variante que te predispone a tener el colesterol por las nubes, lo ideal es seguir pautas nutricionales encaminadas a prevenir o reducir la hipercolesterolemia.

        Prevenir la obesidad. Hay genes que nos dan pistas de una mayor probabilidad de desarrollar obesidad. Se ha observado que hay personas con variantes genéticas que tienen una mayor preferencia por los alimentos ricos en carbohidratos y, por rizar el rizo, una mayor tendencia a ganar peso si siguen una dieta alta en carbohidratos. Tener esta información puede ser interesante para hacer una intervención nutricional que limite el consumo de hidratos de carbono refinados y se centre en fuentes más saludables (frutas, verduras y cereales integrales que, además, son alimentos más saciantes).

        Personalizar las proporciones de grasas e hidratos de carbono en la dieta. Hay personas que, en función de sus genes, son más eficientes metabolizando las grasas o los hidratos de carbono. Dependiendo de esto, se pueden pautar dietas más bajas en uno u otro macronutriente.

        Ajustar las vitaminas y minerales. Algunas personas pueden tener variantes genéticas que afecten a su capacidad para absorber o utilizar micronutrientes como la vitamina D, la vitamina B12 o el hierro. Sabiendo esto, podemos reforzar su ingesta con algunos alimentos o con suplementos.

 

¿Qué podemos esperar de un test nutrigenético?

Como los test nutrigenéticos están en constante evolución, su utilidad y precisión es variable. El resultado no debe tomarse como una profecía autocumplida porque, ¡y esto son buenas noticias!, la genética no es el único factor que determina la salud y la respuesta a la dieta: el estilo de vida, el entorno y otros factores también desempeñan un papel importante.

 

En un mundo ideal, la nutrición personalizada, basada en estos test nutrigenéticos, sería la manera óptima de abordar la estrategia dietética. Pero, por ahora, existen algunos inconvenientes.

 

        En primer lugar, la nutrigenética es una rama reciente de la ciencia en la que es necesario seguir investigando. El valor que nos aportan por el momento estos test es muy interesante, pero limitado.

        En segundo lugar, las herramientas nutrigenéticas de las que disponemos hoy tienen un coste elevado y no están al alcance de todos los bolsillos. No cabe duda de que, como decía Don Hilarión, hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad, y en los próximos años veremos avances muy significativos en este campo.