EUROPA
PRESS
16 junio
2024
¿Cómo
afectan las dietas altas en proteínas al microbioma?
Una nueva investigación ha arrojado luz
sobre los efectos de las dietas ricas en proteínas en el microbioma intestinal
y la salud en general. A pesar del aumento de la ingesta de proteínas en las
dietas occidentales, especialmente entre los atletas y las personas con
obesidad, el destino de las proteínas no digeridas y su impacto en la salud
humana sigue siendo en gran medida desconocido.
Los alimentos que constituyen una adecuada fuente de
proteínas son: pescado, carne, huevos y productos lácteos, así como legumbres y
frutos. Pero no todas las proteínas son iguales, en la dieta se puede
distinguir entre proteínas de origen vegetal o de origen animal. Y tomar
proteínas en exceso puede perjudicar al organismo.
El trabajo, dirigido Samson Adejumo
en el laboratorio Marcell de la Universidad de Illinois en Chicago (Estados
Unidos), con el apoyo del fondo inicial del laboratorio UIC Hampton-Marcell,
explora cómo el exceso de proteína no digerida en el colon puede fermentarse
para producir metabolitos beneficiosos, como los ácidos grasos de cadena corta
(SCFA), o conducir a la producción de metabolitos dañinos como el amoníaco y
los sulfuros, que están relacionados con trastornos gastrointestinales y otros
problemas de salud.
El equipo de investigación llevó a cabo una serie de
experimentos en ratones y descubrió que un cambio a una dieta rica en proteínas
daba como resultado una pérdida de peso significativa, una reducción de la
grasa corporal e inducía cambios inmediatos en el microbioma intestinal.
El estudio también comparó diferentes dietas proteicas para
examinar los efectos de los aminoácidos individuales en la composición y
actividad del microbioma intestinal. En particular, los ratones que consumieron
proteínas ricas en aminoácidos aromáticos experimentaron la mayor pérdida de
peso y masa grasa en comparación con aquellos con dietas estándar ricas en
proteínas y aminoácidos de cadena ramificada.
"Estos hallazgos proporcionan una base crucial para
comprender cómo las dietas proteicas influyen en el microbioma intestinal y
abren puertas para futuras investigaciones sobre el papel de la dieta en la
promoción de un intestino sano y la salud general", afirma Samson Adejumo, candidato a doctorado en Biología de la
Universidad de Illinois en Chicago.
Para profundizar en los efectos de los aminoácidos en las
dietas ricas en proteínas sobre las bacterias intestinales, el equipo realizó
un experimento de cuatro semanas con 16 ratones. Inicialmente, los ratones
recibieron una dieta estándar durante 2 semanas, seguida de dietas ricas en
proteínas isonitrogenadas enriquecidas con
aminoácidos de cadena ramificada o aromáticos durante las 2 semanas siguientes.
Se recolectaron muestras fecales diarias y mediciones
semanales de composición corporal para monitorear los cambios en la masa grasa
y libre de grasa. Se extrajo ADN de las heces y se realizó una secuenciación
para analizar la composición y dinámica microbiana durante el período de
estudio.
La comparación de la composición microbiana entre los 4
grupos de proteínas reveló una abundancia y composición de taxones microbianos
significativamente diferentes después del enriquecimiento de proteínas.
Utilizando técnicas de aprendizaje automático, los investigadores predijeron
dietas proteicas basadas en taxones microbianos intestinales con una precisión
del 97%, lo que respalda la relación entre la dieta y los cambios en el
microbioma.
En general, los géneros de bacterias intestinales respondieron
de manera diferente a los cambios en la dieta, desde dietas regulares con
carbohidratos hasta dietas con proteínas y, lo que es más importante, a
diferentes grupos de aminoácidos. Los cambios más sustanciales ocurrieron en el
grupo alimentado con aminoácidos de cadena ramificada.
Aunque es demasiado pronto para afirmar de manera
concluyente que las dietas proteicas causaron todos los cambios observados en
la composición corporal y las bacterias intestinales, el patrón constante de
cambios indica claramente una conexión entre las dietas proteicas y las
alteraciones del microbioma intestinal.