EUROPA PRESS

9 enero 2023

 

¿Qué es el melasma? ¿Cómo se puede tratar?

 

La doctora Estefanía Arredondo, directora médica del laboratorio Olyan Farma, advierte de que el melasma aparece más frecuentemente entre los 20 y 30 años, siendo casi exclusivo en mujeres de mediana edad (90%).

 

El melasma es una patología de la piel englobada en el grupo de hiperpigmentaciones o melanosis adquiridas. Su prevalencia es desconocida, puede afectar al 1 por ciento o al 50 por ciento de la población en regiones de alto riesgo.

 

Afecta más a mujeres que a hombres, y es más frecuente en la edad fértil, en mujeres que utilizan anticonceptivos hormonales orales y en mujeres embarazadas, siendo infrecuente durante la menopausia. Los estrógenos juegan un papel en la patogenia del melasma, en donde hay una expresión aumentada de receptores a los que se une, induciendo la producción de melanina. En la menopausia descienden los niveles de estrógenos, por ello es más infrecuente. En cuanto a tipos de piel, afecta de manera predominante a mujeres con fototipos de piel alto III- IV de origen hispánico y asiático.

 

¿En qué consiste el mecanismo de producción del melasma?

La patogenia del melasma es compleja, resultante de una interacción entre los queratinocitos, los mastocitos, anormalidades en la regulación genética, aumento de vascularización y rotura de la membrana basal. Existe cierta predisposición genética, sobre todo en los fototipos altos IV- VI.

 

Se relaciona con la exposición a la radiación UV y luz visible, que generan la producción de radicales libres de oxígeno que influye en la producción de melanina (melanogénesis) por medio de los queratinocitos, los fibroblastos, el factor de células madre, y tiene una influencia hormonal de estrógenos y progestágenos.

 

Asimismo, la doctora advierte de que, en verano, al haber mayor exposición a la radiación solar, y ser esta de mayor intensidad que en las demás estaciones del año, el melasma empeora. Por ello, es importante utilizar protección solar, aunque esta es una recomendación que se extiende a todo el año.

 

En cuanto a sus manifestaciones clínicas, el melasma se caracteriza por la aparición de máculas y parches bilaterales y simétricos, marrones, grises o azulados, irregulares, en zonas expuestas al sol (sobre todo en la cara, aunque también puede aparecer en el cuello, la región esternal y los antebrazos). La diferencia hay entre la piel del melasma y la piel normal es que la exposición solar crónica produce acumulación de tejido elástico anormal, con fibras fragmentadas que hacen que la piel del melasma sea más gruesa y rizada.

 

Tipos de melasma

En cuanto a los tipos de melasma, según la distribución, Arredondo menciona el centrofacial (frente, nariz y labio superior), siendo el más frecuente de todos (66%); el malar (mejillas y nariz), que afecta al 20 por ciento y es más frecuente en hombres; y el mandibular (barbilla y mentón), que afecta al 15 por ciento. Esta afectación es típica de personas mayores, en relación con el daño solar acumulado. Por localización de pigmento, se dividen en epidérmico, dérmico y mixto.

 

Asimismo, la doctora aclara que el diagnóstico es clínico, aunque como ayuda se puede utilizar la luz de Wood (determina la extensión, aunque no es útil en los fototipos V y VI) y la dermatoscopia (permite conocer la profundidad del pigmento). Otras técnicas que se pueden utilizar son la microscopía de reflectancia confocal y el mexameter score.

 

Tratamientos

En lo que respecta a tratamientos disponibles, resalta el tratamiento despigmentante tópico. Principalmente destacan la hidroquinona, los corticoides y los retinoides. Además, hay agentes tópicos naturales como la niacinamida, el ácido ascórbico, el ácido kójico y el ácido azelaico, la Bellis perennis, la Lignina peroxidasa, la alfa arbutina y la soja; y agentes tópicos sintéticos como el ácido tranexámico, el 4-n- butilresorcinol, la flutamida y el tiamidol.

 

Por su parte, el tratamiento oral, siempre supervisado por un médico, se realiza cuando el tratamiento tópico no ha dado resultados significativos, y dependiendo de la evaluación del dermatólogo tendrá una duración y una dosificación determinada.

 

También existen procedimientos o terapias físicas que se pueden usar en el melasma, como el peeling químico con ácido glicólico, ácido salicílico o ácido tricloroacético. Se puede preparar la piel con agentes tópicos despigmentantes desde cuatro semanas antes del procedimiento. También menciona el microneedling o mesoterapia con inyección de fármacos tópicos y la microdermoabrasión a través de puntas de diamante y agua. Finalmente, recuerda que el láser es un tratamiento de tercera línea en casos que no respondan, combinado con tratamientos tópicos.

 

Con todo, insiste en la importancia de la prevención. "Es clave la prevención frente a la exposición solar mediante fotoprotección diaria, tanto en verano como en invierno, constante y permanente con SPF 50+, con un mínimo de protección UVA 28. También es importante que incluya protectores contra luz visible como el dióxido de titanio o el óxido de zinc, junto con óxido de hierro para unificar el tono de la piel. Además, protectores físicos como sombrero, gafas y sombrilla", finaliza.