EL
MUNDO
20 abril
2023
Expertos
defienden el fin de las mascarillas en centros sanitarios y Sanidad habla de
"tratar de usarlas como norma general"
Manuel F. Bustelo
Varios estudios muestran cómo la
obligación de llevar esta protección en hospitales y servicios sanitarios no
impacta ya en la contención del virus y especialistas españoles abogan por su
uso solo donde siempre fue necesaria
¿Sigue siendo necesario mantener el uso generalizado de las
mascarillas en los entornos sanitarios como medida para combatir la transmisión
del SARS-CoV-2? ¿Sería adecuado quitar la obligatoriedad o suavizar la medida?
¿Existe evidencia que permita respaldar estas decisiones?
Son algunas de las preguntas que giran el torno al debate
sobre mantener el uso obligatorio de las mascarillas en los espacios sanitarios
en un momento en el que diferentes investigaciones están poniendo en duda si, a
día de hoy, esta medida sigue teniendo impacto para contener la transmisión del
Covid.
La valoración de algunos expertos sobre cómo se debería
proceder, y más ante las decisiones adoptadas por otros países de nuestro
entorno, como Portugal y Reino Unido, de suavizar esta
obligatoriedad, es mayoritaria a favor de retirarla en los espacios sanitarios
y mantenerla en aquellos dónde siempre han sido necesarias como en los
quirófanos o en las unidades de cuidados intensivos. Pero también hay quien
defiende que su uso aún debe ser obligatorio con el fin de proteger a los más
vulnerables.
La base sobre la que sustenta esta discusión son distintas
investigaciones recientes que plantean incógnitas sobre el impacto actual de la
medida. Una de ellas es un estudio realizado en Reino Unido que concluye que el
requisito de usar mascarillas en los hospitales "puede tener poco
impacto" en la transmisión de, Covid-19 durante la ola de la variante
ómicron. Se trata de una investigación cuyas conclusiones han sido presentadas
en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas, que
se ha celebrado en Copenhague (Dinamarca).
En este estudio, realizado en un hospital de Londres durante
los primeros diez meses de actividad de ómicron (de diciembre de 2021 a
septiembre de 2022), se sugiere que es probable que el beneficio del uso de
máscaras de forma aislada sea moderado. "Nuestro estudio no encontró
evidencia de que el uso obligatorio de la mascarilla por parte del personal
afecte a la tasa de infección hospitalaria por SARS-CoV-2 con la variante
ómicron", señala Ben Patterson, coautor del estudio.
Junto a él, Aodhan Breathnach, también coautor del trabajo, añade:
"Muchos hospitales han mantenido el uso de la mascarilla a un coste
económico y ambiental significativo, a pesar de la barrera sustancial que
supone para la comunicación (...). Esperamos que esta evidencia empírica pueda ayudar
a informar sobre una política de mascarillas racional y proporcionada en los
servicios de salud".
Otro trabajo que echa más leña al fuego en torno a esta
polémica es el que se acaba de publicar en Annals of Internal Medicine. Teniendo en
cuenta las conclusiones obtenidas, sus autores defienden que "puede que
haya llegado el momento de dejar de implementar políticas que no son apropiadas
para un patógeno endémico cuando los beneficios esperados de tales políticas
son bajos". Y apostillan: "El uso universal de la mascarilla en el
cuidado de la salud es una política cuyo tiempo llegó y se fue... por
ahora".
¿Qué opinan los expertos españoles?
Para Raúl Ortiz de Lejarazu, profesor de Microbiología y
director emérito del Centro Nacional de Gripe de Valladolid, la evidencia
muestra que en los hospitales españoles "se debe ir retomando la
normalidad", eliminando el uso generalizado de mascarillas y limitándolo a
aquellas zonas en las que siempre ha sido obligatorio llevarlas. "En los
hospitales siempre ha habido áreas en las que ha sido obligatorio el uso de las
mascarillas (quirófanos, áreas limpias, unidades de cuidados intensivos,
unidades de despertar de anestesia...). Eso no debe cambiar nunca y debe estar
antes de la pandemia, durante la pandemia y después de la pandemia".
Refiriéndose al estudio presentado durante el Congreso
Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas, Ortiz de Lejarazu
ha respaldado sus conclusiones: "En este estudio se ha hecho una
comprobación durante varios meses, casi un año, en la que se ha visto que
obviamente no hay diferencias en el número de infecciones entre las zonas del
hospital en las que ya no es obligatorio el uso de mascarillas y las zonas en
las que continúa siéndolo porque siempre lo ha sido".
Por ello, lanza la siguiente reflexión: "Esto es
lógico, porque las mascarillas han tenido un papel importante cuando la
incidencia del virus era muy alta; pero cuando es muy baja, el uso de las
mascarillas no tiene prácticamente ninguna importancia porque es algo que no se
lleva continuamente y a lo largo del día vamos a tener oportunidad, en casa u
otros sitios, de infectarnos".
Una incidencia en descenso
Para Antoni Trilla, consultor senior del Servicio de
Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínic
de Barcelona y decano de la Facultad de Farmacia de Barcelona, el debate sobre
esta cuestión llega en un buen momento, ya que finaliza la temporada invernal y
todo apunta a que la incidencia del SARS-CoV-2 irá en descenso en las próximas
semanas. Actualmente, según los datos publicados por el Ministerio de Sanidad
el pasado viernes, la incidencia acumulada a 14 días en mayores de 60 años era
de 70,45; el porcentaje de camas Covid, de un 1,73%;
y el de camas Covid en UCI, de un 1,31%.
Ante esto, Trilla también considera que sería adecuado
seguir manteniendo la obligatoriedad de la mascarillas en determinadas zonas y
áreas sanitarias que concentran un alto volumen de pacientes vulnerables
(trasplantes, unidades cuidados intensivos...), pero ve acertado plantear su
retirada en otros entornos donde el riesgo sea bajo. "En otras áreas del
hospital con menos pacientes de riesgo, y también en las farmacias, soy
partidario de que se estudie retirar su obligatoriedad y hacer una buena
recomendación de quién y en qué circunstancias sigue siendo potencialmente útil
su uso".
Óscar Zurriaga, presidente de la Sociedad Española de
Epidemiología (SEE), es de los que defiende mantener la medida, pero con un
objetivo claro: proteger al paciente vulnerable. "Independientemente del Covid, el mantenimiento de mascarillas es una medida
adicional frente a este virus y otros virus respiratorios, lo que significa que
a las personas vulnerables esta medida les puede ser favorable, sobre todo
teniendo en cuenta que es un ámbito en el que se mueven personas con
vulnerabilidad de todo tipo y en el que abundan diferentes patógenos".
Por este motivo, y pensando de nuevo en la población
vulnerable, pide evitar que la medida pueda caer en el descrédito, informando
bien al paciente y sabiendo explicar por qué se mantiene. "Hemos perdido
la oportunidad de dar una educación a la población para saber cuándo la
mascarilla es necesaria y cuándo no; y no debemos mantener la medida por
seguidismo, ya que podemos terminar desacreditándola (...). Debemos enseñar que
debe usarse por su utilidad, no por hacer seguidismo, y es importante que el
paciente sepa cuándo debe hacer uso de ella y en qué contextos".
Qué dice Sanidad
El Ministerio de Sanidad, preguntado por este periódico
sobre si tiene determinado cuándo dejarán de ser obligatorias las mascarillas
en aquellos espacios en los que aún deben llevarse, como sigue marcando el BOE,
responde: "En España, la posición es que se debe de tratar de usar las
mascarillas en centros y servicios sanitarios como norma general,
independientemente de que haya Covid o no, y a partir
de ahí se pueden hacer excepciones o valorar situaciones particulares".
A esto, añade: "En todo caso, en esta cuestión, para la
toma de decisiones, la Ponencia de Alertas tiene claro que debe primar el
beneficio para los pacientes".