EUROPA
PRESS
28 septiembre
2024
Manuel
de la Peña, médico experto en longevidad: "Los supercentenarios
tienen en común que les gusta la música"
143 millones de personas en el mundo
tienen más de 80 años. En concreto, en nuestro país, más de 20.000 personas
superan los 100 años. ¿Dónde está el secreto? Confiesa el experto en estudio de
la longevidad Manuel de la Peña que una de las fórmulas para vivir más y mejor
es "no perder la ilusión", "seguir teniendo proyectos, sueños, e
ilusiones".
Pero también se encontrarían una dieta saludable o el
pensamiento positivo, tal y como afirma en una entrevista con Europa Press Infosalus, con motivo de la
publicación de 'Guía para vivir sanos 120 años' (Vergara). "La salud
física, mental, y emocional son los pilares principales para un envejecimiento
saludable", remarca en el libro.
Lleva años estudiando la vida y las costumbres de las
personas supercentenarias. Conoció a María Branyas, la persona más longeva del mundo, hasta que el
pasado mes de agosto falleciera a los 117 años de edad. Dice el doctor De la
Peña que a María no le gustaban las personas tóxicas a su alrededor, y que se
comía un yogur a diario, "un producto que tiene probióticos, que cuida de
nuestra microbiota y, en definitiva, de nuestro estado de salud completo".
El también presidente del Instituto Europeo de Salud y
Bienestar Social, que es experto en el estudio de la longevidad y profesor de
Cardiología, así como director de la Cátedra del corazón y longevidad reconoce
que en España ha descubierto un "auténtico yacimiento de personas superlongevas", siendo uno de los países del mundo
donde más años vivimos.
La enorme carga de la epigenética
Recuerda que para alcanzar los más de 100 años hay dos
aspectos muy importantes: "Un 25% es cosa de los genes, y el 75% restante
fruto de la epigenética, de esas costumbres sanas, hábitos, y estilos de vida
saludables que mantengamos en el día a día. Heredamos 20.000 genes, y más o
menos 2.000 están asociados a la longevidad; pero, también, los hay asociados a
la enfermedad, y por ejemplo hay 50 relacionados con sufrir hipertensión
arterial. Si tenemos genes asociados a la hipertensión y no hacemos ejercicio,
fumamos, y comemos con sal tendremos más posibilidades de padecerla".
Por tanto, ve vital para mantener lo mejor posible esa
epigenética, o el 75% de cómo envejezcamos, el mantener una dieta saludable y
equilibrada, así como la práctica de ejercicio físico al día, "al menos 20
minutos de caminata al día", y la música.
"Todos los súper centenarios son muy aficionados a la
música, les gusta bailar y cantar. Las ondas sonoras al llegar al cerebro
estimulan positivamente las áreas cerebrales que provocan una liberación de las
hormonas de la felicidad, neurotransmisores como la dopamina, la oxitocina, la
serotonina, y las endorfinas. La música, como el ejercicio, dispara nuestro
estado de ánimo y la vitalidad. Debemos escuchar música al menos 30minutos al
día", es otro de sus consejos.
El pensamiento positivo, clave en el envejecimiento
Así, recuerda igualmente la importancia del pensamiento
positivo como "pieza clave" para un envejecimiento saludable.
"No he conocido a ningún superlongevo que viva
pensando en cosas negativas. Todos han puesto en su cabeza los mejores
recuerdos de su vida. Unos te hablan de su primera comunión, de sus padres. En
su mente todos tienen recuerdos positivos, y si no sería imposible vivir a esa
edad. Lo que más envejece son los pensamientos de culpa", advierte el
doctor Manuel de la Peña.
A su vez, el también presidente del Instituto Europeo de
Salud y Bienestar Social ve esencial mantener la mente activa, tener un
propósito vital, "saber para qué y por qué te levantas". A su juicio,
aunque te jubiles es primordial mantener actividades lúdicas, o cualquier
actividad para que la mente se encuentre activa. "La mente es como una
planta y hay que regarla y mantenerla activa", subraya.
Este experto, según prosigue, destaca que el estrés nos
resta vida, "y sobre todo el estrés emocional, ya que puede provocar hasta
un infarto". Dice que soportamos la presión del día a día y el organismo,
que no es inocuo a ello, al final reacciona y se pone en estado de alarma.
"Al principio, nuestro cuerpo se adapta a esa situación
de estrés. Pero si la presión se mantiene en el tiempo se corre el riesgo de
llegar al agotamiento psicosomático que puede dar lugar a neuralgias, fatiga,
cansancio, o cefalea y puede llegar un momento de no retorno. Hay que saber
gestionar la calma. La meditación, la música, y adoptar la serenidad, son
fundamentales en este sentido. Aquí los japoneses y su cultura zen son los
números uno", afirma.