EUROPA
PRESS
9 marzo
2024
¿Existe
la receta para llegar a los 100 años?
El reciente fallecimiento de la
'socialité' icono de la moda Iris Apfel a los 102
años de edad ha hecho plantearse a muchos qué hay que hacer para llegar a esa
edad. Y con esa vitalidad.
Investigadores de la Universitat
Oberta de Catalunya (UOC) han reflexionado sobre si hay rasgos comunes entre
las personas centenarias, si y si la sociedad está preparada para el
crecimiento de este sector de la sociedad en los próximos años.
Recuerdan que la esperanza de vida de la población en todo
el mundo va en aumento gracias al progreso global, que garantizar a los
ciudadanos el acceso a la atención sanitaria, el saneamiento, la educación y la
lucha continua contra el hambre, lo que hará que las personas centenarias serán
cada vez más.
Así, señalan que, durante siglos, la esperanza de vida de la
población mundial permaneció fijada en torno a los treinta años, hasta
principios del siglo XX que, gracias a las mejoras en áreas como la higiene, la
expansión de los antibióticos y el acceso a la vacunación, la esperanza de vida
empezó a crecer, una tendencia que sigue creciendo y no se espera que se
detenga pronto, calculan los expertos.
Según la División de Población de las Naciones Unidas, la
esperanza de vida global al nacer alcanzó los 72,8 años en 2019, una mejora de
casi 9 años respecto a 1990. Se prevé que nuevas
reducciones de la mortalidad darán lugar a una longevidad global media de unos
77,2 años para 2050.
Dentro de estos datos, en las últimas décadas la cantidad de
personas que llegan a los cien años se ha disparado sustancialmente. En el
mundo había cerca de medio millón de centenarios en 2015, más de cuatro veces
la cifra de las personas centenarias del año 1990, según estimaciones de las
Naciones Unidas. Y se espera que este crecimiento se acelere: las proyecciones
anticipan que en 2050 habrá 3,7 millones de centenarios en el mundo.
¿Cuál es el secreto para vivir cien años? "No existe un
punto de vista demográfico separado del social. La demografía calcula, en las
condiciones de un momento dado en el tiempo, cuál es la probabilidad de que un
bebé recién nacido alcance los cien años en Cataluña. En los últimos años, este
indicador ha sido del 2 % en los hombres y del 4 % en las mujeres",
explica Pau Miret, demógrafo del Centro de Estudios Demográficos y profesor
colaborador de los Estudios de Artes y Humanidades de la Universitat
Oberta de Catalunya (UOC). "Así que podríamos decir que el secreto para
vivir muchos años desde el punto de vista exclusivamente demográfico es nacer
mujer, algo que no podemos elegir", bromea.
Salvador Macip, médico y director
de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, investiga las bases
biológicas del envejecimiento desde hace más de 25 años, siempre con la idea de
entender por qué envejecemos para poder buscar después formas de retardar este
proceso.
"En mi laboratorio actualmente trabajamos en varias
líneas en torno a este tema, sobre todo para buscar marcadores que nos permitan
saber la edad real de nuestros tejidos y definir dianas terapéuticas. También
investigamos fármacos y otras intervenciones que puedan mejorar el
envejecimiento", explica sobre los avances de su investigación.
"Entre otros aspectos, hemos mejorado un 30 % la
esperanza de vida de unos ratones y, lo más importante, un 400 % su salud en el
tramo final de la vida. También estamos estudiando la respuesta a cambios
dietarios en mujeres menopáusicas, para ver si tienen algún efecto en el
envejecimiento que experimenta esta población", añade.
Los expertos concluyen que no hay una fórmula única para
llegar a los cien años en buenas condiciones, ni pueden determinar con certeza
por qué algunas personas viven más que otras.
"Existen muchos factores que sabemos que determinan
cómo envejecemos, y posiblemente no los conocemos todos --precisa Macip--. Hay factores genéticos, que dependen de lo que
heredamos de nuestros padres, y otros están relacionados con el entorno y los
hábitos de vida, y el peso que tienen unos y otros todavía no está claro.
Hay consenso en que la genética tiene, sin duda, una gran
incidencia en la longevidad, así como los hábitos saludables: una dieta
equilibrada y sin muchos excesos, ejercicio moderado constante y no fumar ni
beber son algunas de las recomendaciones de los expertos para conservar una buena
salud y, a la vez, retrasar los procesos biológicos del envejecimiento.
"También es importante disponer de una buena red social
que te mantenga activo, que es un factor que se menciona poco: si no se tienen
motivos para vivir, no se llega a estas edades", apunta Macip.
Varios estudios a lo largo de los años han señalado que
nuestro estado de ánimo tiene cierta incidencia sobre la longevidad. No sufrir
estrés o ansiedad son algunos de los factores clave que nos hacen vivir más
años.
"También son más longevas las personas que tienden al
optimismo, que viven en pareja o están rodeadas de una comunidad, y, por lo
tanto, evitan el aislamiento. En cuanto a la personalidad, viven más las
personas que no son impulsivas", explica Montserrat Lacalle, psicóloga
experta en personas mayores y profesora colaboradora de los Estudios de
Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.
"No debemos caer en la simplicidad de pensar que quien
es más feliz vive más años, sino que tenemos que considerar que esta variable
influye en otras. Por ejemplo, una persona con buen estado de ánimo probablemente
tiene más vida social y una cotidianidad más llena de estímulos que una persona
que sufre una depresión y que, seguramente, actúa de una forma radicalmente
diferente", aclara la experta.
Y si hablamos de alargar la vida, la cuestión clave es de
qué manera queremos vivirla. A pesar de que la calidad de vida ha aumentado
también en los últimos tiempos, no lo ha hecho de forma paralela a la esperanza
de vida. "Esto quiere decir que cada vez vivimos más años con mala salud,
que no es ni mucho menos el objetivo", concluye Macip,
quien aclara que "los que investigamos el envejecimiento, sobre todo lo
que buscamos es precisamente alargar estos años buenos. La longevidad ya vendrá
después".
De momento, pero, para Lacalle "las sociedades no se
están adaptando demasiado al envejecimiento, y no están preparadas para
afrontarlo. Hoy en día las familias tienen mucha movilidad geográfica, lo que
dificulta que los hijos puedan cuidar de los padres, si no viven en el mismo
país. Además, cada vez se tienen menos hijos, y esto complica las
atenciones".
En este contexto, Miret opina que "hay que dar
respuesta a los nuevos patrones sociales, a los nuevos roles de género. La
respuesta colectiva está relacionada con el estado del bienestar: la atención
sale del ámbito estrictamente familiar y pasa a un ámbito público. Aun así,
observando las tendencias en nuestra sociedad, no parece que vayamos por el
buen camino, y da la impresión de que solo el mercado privado, de pago
individual, dé respuesta a estos nuevos problemas de atenciones",
concluye.