EL
MUNDO
9 julio
2023
Hiperhidrosis,
el sudar se va a acabar
Boticaria García
El tabú y el estigma de una sudoración
excesiva hace que diagnosticar la enfermedad sea
complicado. Aquí las claves para saber cuándo acudir al médico en busca de
soluciones
Una persona con hiperhidrosis es capaz de sudar la cantidad
equivalente a una lata de refresco en cinco minutos. ¡330 ml en cinco minutos!
Esto no debería asumirse como algo normal. Sin embargo, cuando ocurren
episodios así, lo habitual es que la persona sienta miedo, vergüenza,
frustración... ¡o todo a la vez! Con el tiempo esto puede condicionar la vida
personal y profesional de las personas llegando a tener un impacto psicológico.
¿Cuántas personas sufren hiperhidrosis?
Teóricamente solo el 3 % de la población sufre
hiperhidrosis. Y digo "teóricamente" porque
un estudio reciente publicado en enero de 2023 mostró que el 40 % de las
personas mostraban síntomas de hiperhidrosis. ¿Es posible que el tabú y el
estigma alrededor de la hiperhidrosis nos hayan llevado a un infradiagnóstico?
¿Cómo podemos diferenciar si una persona tiene un exceso
puntual de sudor o sufre hiperhidrosis?
Para poder establecer el diagnóstico de hiperhidrosis
primaria el paciente debe haber experimentado una situación de sudoración excesiva
con una duración de al menos 6 meses, sin causa obvia y con al menos dos de las
siguientes características:
•
Afecta las actividades diarias.
•
Presenta un patrón de sudoración bilateral y relativamente
simétrico, que ocurra al menos una vez por semana.
•
El inicio de síntomas tiene lugar antes de los 25 años.
•
Ausencia de sudoración al dormir.
•
Historia familiar de hiperhidrosis.
También existe una hiperhidrosis denominada
"secundaria" que puede deberse al uso de medicamentos o a
enfermedades con alta "descarga simpática" como infecciones, tumores,
alteraciones endocrinas, entre otras causas.
¿Qué soluciones tenemos hasta ahora para la hiperhidrosis?
Además de los clásicos desodorantes o antitranspirantes, que
suelen resultar insuficientes en estos casos, desde hace años se manejan en la
práctica clínica distintas alternativas que deben ser valoradas y prescritas
por un médico de familia o un dermatólogo.
•
Simpatectomía. Es una intervención en la que se eliminan los
ganglios encargados de estimular la sudoración de axilas y manos. Es un método
eficaz aunque el principal inconveniente es que en un porcentaje importante de
los casos aparece sudoración compensatoria (es decir, se suda por otras zonas
del cuerpo).
•
Toxina botulínica. Cuando el "bótox" se inyecta en
la piel, la proteína bloquea la acción de los nervios que activan las glándulas
sudoríparas ecrinas evitando así que produzcan sudor. El efecto desaparece a
los 4 o 6 meses porque con el tiempo crecen nuevas terminaciones nerviosas y la
toxina deja de hacer efectos.
•
El daño térmico. Se elimina la glándula del sudor mediante
microondas. Por decirlo de alguna manera, la achicharramos un poco. La buena
noticia es que con dos sesiones y con anestesia local se logra eliminar un
porcentaje muy alto de la sudoración de forma permanente. La menos buena es que
su coste es elevado.
•
Fármacos anticolinérgicos vía oral (para entendernos,
pastillitas). Suprimen el sudor pero son capaces de llegar al cerebro y pueden pueden generar efectos adversos secundarios como sequedad
bucal, visión borrosa, ojos secos o problemas gastrointestinales, entre otros.
¿Cómo funcionan? La acetilcolina es un neurotransmisor, un mensajero encargado
de enviar la señal a las glándulas sudoríparas para que se activen y liberen
sudor. Los anticolinérgicos se encargan de ocupar el receptor donde encajaría
la acetilcolina. Es como si estuvieran jugando al juego de las sillas, pero sin
dar la orden de que se sude. De este modo, cuando llega la acetilcolina el
receptor está ocupado y no puede entregar la señal.
2023: tenemos novedades en hiperhidrosis
Junto a los fármacos anticolinérgicos que se administran vía
oral este año tenemos como novedad al glicopirronio,
un primo hermano, también anticolinérgico, pero que en este caso se aplica vía
tópica (en crema) y está indicado para la hiperhidrosis axilar.
Este nuevo fármaco ha demostrado ser eficaz con la ventaja
de que la exposición sistémica (la absorción en sangre) no es biológicamente
relevante. Por este motivo el glicopirronio no
atraviesa la barrera hematoencefálica y no se producen los efectos secundarios
anteriormente mencionados para los anticolinérgicos vía oral. ¡Importante! Es
un fármaco sujeto a prescripción médica por lo que es imprescindible que el
dermatólogo o el médico de familia valoren individualmente al paciente.