BBC MUNDO
22 febrero 2011
Grasas que matan
Estas grasas se usan en la industria por baratas y porque
extienden el tiempo de caducidad del producto.
Quizás
no todos estábamos conscientes de ello, pero la mayoría de nosotros crecimos
consumiendo alimentos que contenían una sustancia que hoy está considerada un
ingrediente letal: los ácidos grasos trans, o grasas trans.
Sólo
hasta 2006 los expertos comenzaron a crear conciencia en los consumidores sobre
los riesgos de estos elementos, que hasta entonces solían llamarse "grasas
parcialmente hidrogenadas".
Las
grasas trans son un tipo de grasa vegetal que al ser
sometida a procesos industriales de hidrogenación se transforma del estado
líquido al sólido con graves consecuencias para la salud.
Estos
compuestos no tienen ningún valor nutritivo, pero la industria las utiliza para
extender el tiempo de caducidad de un producto y se encuentran principalmente
en la comida rápida, los alimentos fritos, la margarina, los pasteles y las
galletas.
Los
estudios han revelado que, igual que las grasas saturadas, incrementan los
niveles del llamado colesterol malo, el cual está vinculado al desarrollo de
depósitos de grasa en las arterias que resulta en un mayor riesgo de
enfermedades cardiovasculares.
Menos muertes e infartos
Una
investigación llevada a cabo en la Escuela Médica de Harvard,
Estados Unidos, publicado en el British Medical Journal el año pasado, reveló que tan sólo en Inglaterra
unas 7.000 muertes y unos 11.000 infartos podrían prevenirse cada año si se reduce
un 1% el consumo de estas grasas.
Los
científicos pedían entonces la virtual eliminación de estos compuestos, que ya
fueron prohibidos en Dinamarca y en la ciudad de Nueva York.
En
los últimos años se han publicado varios estudios que muestran los efectos
peligrosos de estos compuestos para la salud del corazón, en particular el
riesgo de enfermedad coronaria.
Los
expertos creen, además, que el problema de las grasas trans
es particularmente grave en países con menores ingresos, donde la población
suele comer mayor cantidad de productos que contienen estos compuestos por su
bajo costo.
A
partir de que se comenzó a crear conciencia sobre estas peligrosas grasas,
muchos productores de alimentos expresaron que los retirarían de forma
voluntaria de sus productos.
Sin
embargo, una investigación publicada en enero en la American
Journal of Health Promotion reveló que
muchos alimentos que se venden actualmente y cuyo etiquetado los clasifica como
"libres de grasas trans" contienen una
"cantidad significativa" de estas sustancias.
Según
el doctor Eric Brandt, quien llevó a cabo el estudio,
"los resultados de esa investigación revelan la existencia de prácticas
engañosas de etiquetado que pueden resultar en un consumo clínicamente
significativo de peligrosas grasas trans, a pesar de
lo que el consumidor lee en las etiquetas aprobadas por la FDA (Administración
de Alimentos y Fármacos) de Estados Unidos".
Y
el investigador le ha pedido a las autoridades de ese
país que se revise el protocolo de etiquetado para evitar engañar al público
sobre los alimentos que consume.
Poca vigilancia
En
América Latina, la situación es grave debido a la falta de regulación de estos
productos, como le dice a BBC Mundo el doctor Abelardo Ávila Curiel,
investigador del Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán,
de México.
"Todo
esto se ha quedado en el terreno de la autorregulación o del retiro voluntario
por parte de la industria".
"En
toda América Latina hay una vigilancia muy laxa de riesgos sanitarios, porque
la capacidad que tenemos para analizar el contenido de los productos es mínima
y no se ejerce".
"Y
estamos hablando de un producto -las grasas trans-
que se utiliza por su bajo costo, porque el proceso de hidrogenación con el
cual se obtiene es barato. Y estos compuestos han entrado a la industria
panificadora, a la industria de los refrigerios".
"Las
grandes marcas han dicho que han retirado a las grasas trans
de sus productos, pero como no se tiene un monitoreo efectivo no queda más que
creerles", expresa el investigador.
El
peligro, como señala el nutricionista, es que en muchos países de América
Latina sigue habiendo una gran demanda por los productos que contienen grasas trans, principalmente por su bajo costo.
"Podemos
ver a la salida de las escuelas cómo se venden estos productos, que son
frituras de papas o refrigerios de harinas que, sin duda, tienen una cantidad
impresionante de grasas trans".
¿Cómo elegir alimentos?
Está
comprobado que el actual sistema de etiquetado no funciona para advertir sobre
el contenido de grasas trans de un producto.
Tal
como señala el doctor Ávila Curiel, es necesario vigilar las grasas que
consumimos y evitar las grasas saturadas y los productos que podrían contener
grasas trans.
Además,
se necesita que las autoridades establezcan regulaciones para evitar engañar al
público sobre los alimentos que consume.
Mientras
eso sucede, la mejor forma de evitar las letales grasas "malas", dice
el experto, es no consumir "grasas sólidas" como margarina, manteca o
productos que se han sido freídos en aceite que se ha usado repetidamente como
las papas fritas y otros alimentos de establecimientos de comida rápida.
"Y
trate de evitar los productos procesados que se vean esponjosos y frescos, como
muchos pasteles, panes y galletas, porque lo más seguro es que contengan
niveles altos de grasas trans".