EUROPA
PRESS
7 abril
2024
Frontoplastia
reductora: una técnica poco conocida para lograr armonía facial que ha crecido
un 50% la última década
Según los cánones, cuando la frente
mide más de 6 centímetros, desde las cejas hasta la línea de crecimiento del
cabello, rompe el equilibrio y la armonía facial. "Además, nos hace
parecer mayores, da un aspecto masculino y es algo que puede llegar a
acomplejar mucho", asegura la cirujana plástica Beatriz Berenguer,
secretaria general de la Asociación Española de Cirugía Estética Plástica.
La especialista explica que lo ideal es que la frente ocupe
un tercio de la cara y tener una frente más o menos ancha suele ser un aspecto
genético, familiar o constitucional. Y, según apunta, muchas personas se
acomplejan por ello.
Las personas más preocupadas por ello son, "en general
a las personas más jóvenes, de alrededor de 28 años, sobre todo mujeres, que
tienen que recurrir a peinados que llevan el pelo
hacia la cara, flequillos largos para ocultar su frente o quizás abuso de
lacas. Y se sienten incómodas con el pelo recogido, en el gimnasio, la playa o
la piscina por tener que salir del agua con el pelo mojado hacia atrás".
Todo ello ha llevado, según esta especialista, a que la
técnica de la frontoplastia reductora, realmente poco
conocida, haya experimentado un importante crecimiento en la última década.
La cirujana plástica es pionera y experta de esta técnica en
nuestro país y en su haber cuenta con más de 300 casos realizado.
Se trata de una cirugía cuya demanda ha crecido exponencialmente en los últimos
años: "Ha experimentado un crecimiento de un 50% en los últimos 10
años", según la doctora.
Consiste en despegar parte del cuero cabelludo y avanzar la
línea capilar hacia delante. Es una intervención ambulatoria que se realiza con
anestesia general. "Se realiza una incisión a lo largo de la línea capilar
original con un bisturí fino para evitar el daño térmico a los folículos
pilosos y con el fin de que luego quede la cicatriz oculta y los pelillos
puedan volver a crecer --explica--. A continuación, se despega todo el cuero
cabelludo, éste se relaja para hacerlo más extensible (de por sí es muy
rígido), se reseca o elimina la piel que sobra (suelen ser 2 cm de media,
aunque se puede eliminar hasta 3,5 cm), se avanza y tensa el tejido y se ancla
en su nueva posición mediante dos capas de sutura, una interna reabsorbible y
otra externa que se retira a los 12 días", detalla la doctora Berenguer.
"Sales del quirófano con un vendaje tipo casco, pero el
postoperatorio es muy liviano --asegura--. Casi no duele solo se tiene una
sensación muy liviano --asegura--. Casi no duele solo se tiene una sensación
moderada de tirantez. Los hematomas no son visibles porque los tapa el propio
pelo. Eso sí, puede producirse en un 5% de los casos hematomas en los párpados
durante una semana y a los 4 días ves los resultados".
Según asegura, el resultado es inmediato y permanente.
"Se consigue una mejoría de la proyección de la frente, del equilibrio facial,
así como una armonía del perfil y de las proporciones faciales", concluye
la Secretaria General de Asociación Española de Cirugía Estética Plástica.