BBC MUNDO
25 septiembre 2011
El problema con las
dietas
Se nos dice que si comemos menos perderemos peso, y que
cuanto menos comamos más delgados estaremos.
Esto,
sin embargo, casi nunca se logra y, si se logra, lo más probable es volver a
subir de peso al poco tiempo.
Ahora
una nueva investigación dice haber descubierto la razón de por qué no perdemos
el peso deseado y por qué volvemos a engordar cuando ya lo hemos perdido.
Según
la investigación publicada en The Lancet,
el problema es que tenemos expectativas equivocadas de lo que una dieta puede
lograr.
Y
esto no es nuestra culpa, dicen, sino de la asesoría incorrecta que recibimos.
La
mayoría de la gente comienza una dieta con la noción que de comenzará a ver
resultados rápidamente.
Se
nos dice que por cada 500 calorías que reducimos de nuestro consumo diario, o
que quemamos ejercitándonos, podemos perder 0,5 kilos de peso cada semana.
Esa
al menos es la asesoría que dan los nutricionistas tanto en Estados Unidos como
el Reino Unido. Y dicen que si seguimos este régimen durante al menos 12 meses
habremos perdido unos 26 kilos.
Pero
ahora, el doctor Kevin Hall y su equipo de los Institutos Nacionales de Salud
de Estados Unidos afirman que este cálculo está equivocado. Éste, dice el
científico, es un consejo sumamente exagerado.
Según
el investigador toma mucho más tiempo perder esa cantidad de peso: unos tres
años.
Por
ejemplo, explica, un año de dieta resultará en sólo la mitad de la cantidad de
peso corporal que actualmente se calcula.
Esto
explica por qué mucha gente se da por vencida a los pocos meses de hacer dieta
al ver que no está obteniendo los resultados deseados.
Creencias incorrectas
Estudios
pasados sobre programas para perder peso muestran que la mayoría de los que
hacen dieta pierden su peso máximo a los seis meses y poco después comienzan a
aumentar de peso.
Se
cree, incorrectamente, que el organismo se acostumbra a vivir con menos energía
y disminuye su metabolismo.
Entonces
la persona siente que el régimen no está funcionando y se da por vencida.
Por
otra parte, si la persona ve que pierde peso rápidamente en los primeros meses
se siente tan satisfecha de su logro que comienza a relajarse y a comer más.
Como
la pérdida de peso es un proceso lento, existe un lapso en el que el peso
continúa disminuyendo incluso cuando la persona comienza a comer más.
Entonces
concluye, de forma incorrecta, que ya no necesita ser tan estricta con su
alimentación para perder peso.
Eventualmente,
sin embargo, el peso comienza a aumentar y llega un momento en que la persona
llega a pesar más que cuando comenzó la dieta.
"La
lenta escala de tiempo que ocurre con el cambio de peso corporal es responsable
de que volvamos a aumentar de peso gradualmente durante varios años, a pesar de
haber regresado a nuestro estilo de vida original después del primer año"
explica el doctor Hall.
"Los
estudios muestran que entre 50 y 80% de los que hacen dieta vuelven a subir de
peso".
El
investigador señala que es necesario que los profesionales de nutrición cambien
las recomendaciones que dan a la gente que hace dieta para que no caigan en
esta trampa.
"Si
damos a la gente un panorama realista podremos darle información que les ayude
a llevar a cabo sus elecciones" dice el experto.
El
investigador afirma que el cálculo de "500 calorías al día" está
equivocado porque no toma en cuenta los cambios que ocurren en el metabolismo
cuando hacemos dieta.
Para
calcular esos cambios el doctor Hall creó un programa de computación que, dice,
ofrece un pronóstico más real y confiable de la pérdida de peso.
Sus
cálculos reflejan el hecho de que una persona puede perder peso más rápido o
más lento que otra, incluso cuando ambas comen la misma cantidad de alimentos y
llevan a cabo el mismo ejercicio.
"Una
fórmula simplificada es 10 calorías por día por cada 0,5 kilos a la
semana" dice el investigador.
"Y
tomará un año perder la mitad del exceso de peso que tiene una persona y tres
años perder el 95% de ese exceso".
Y
no hay que olvidar, dice el científico, que la base de una dieta es la fuerza
de voluntad.
No
existe una fórmula rápida para perder peso. Si queremos que funcione una dieta
necesitamos ceñirnos a ella, afirma el investigador.
La mejor dieta para bajar de peso
Los
expertos hablan de una epidemia global de obesidad.
Para
las autoridades sanitarias, ésta es una causa de gran preocupación por el
número de enfermedades asociadas al sobrepeso.
Pero
para la industria multimillonaria de las dietas es una fuente de enormes
ganancias.
Porque
es un hecho que en la mayor parte del mundo vivimos obsesionados con perder
peso.
Y
también es un hecho que, a pesar de la ciencia y de los mensajes sobre el daño
del sobrepeso para la salud, adelgazar sigue siendo para muchas personas un
objetivo muy difícil de lograr.
Tres
dietas básicas
El
mayor problema, como explica a BBC Mundo la doctora Cecilia Albala,
del Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos de Chile, no es tanto
perder los kilos de más, sino mantenerse con un peso ideal.
"En
efecto, hay muchísimas dietas para bajar de peso, porque bajar de peso es
relativamente fácil. Lo difícil es mantenerse delgado", dice la experta.
"En
más del 95% de los tratamientos dietéticos se reincide y la gente vuelve a
engordar, lo cual significa un fracaso".
Tal
como explica la nutricionista, las dietas probadas científicamente,
independientemente del nombre que tengan, se dividen en tres tipos.
Estos
son: las dietas hipocalóricas, con la que se consumen menos calorías de las que
se gastan; las hiperprotéicas hipocalóricas, que restringen
carbohidratos y se aumenta el consumo de proteínas y las que tienen una gran
restricción de grasas.
"Si
se hacen bien, cualquiera de estas tres dietas logran bajar de peso.
Simplemente por la cuestión del balance energético: si necesitamos 1.000 calorías
para vivir y se comen 200, nos queda un déficit de 800 y tenemos que bajar de
peso".
Menos
calorías, poca porción
Un
gramo de grasa contiene el doble de calorías que un gramo de carbohidratos o
proteínas, así que para lograr un déficit hipocalórico tenemos que comer muy
pocas grasas y tratar de suprimir azúcares y harinas refinadas.
También
debe incluir en su dieta opciones de bajas calorías, como frutas y verduras,
pescado, leche descremada, alimentos ricos en fibras y productos de granos
integrales.
"Yo,
después de 30 años de trabajar en obesidad, nunca recomiendo una dieta que sea
muy diferente a las actividades de la vida normal de la persona, porque será
imposible que la mantenga".
"Lo
más importante es cambiar hábitos y hacer ejercicio, porque si no subirá de
peso indefectiblemente".
Otro
consejo útil para bajar de peso es vigilar las porciones de sus comidas.
Es
un hecho que cada vez son más grandes la cantidad de alimentos que comemos,
especialmente cuando se trata de comidas rápidas o productos procesados, y esto
significa más calorías.
También
es necesario reducir las cantidades de papas, pasta y arroz, ricos en
carbohidratos, y las bebidas gaseosas azucaradas que añaden calorías
adicionales a su régimen sin ningún valor nutricional.
Actividad
física
Y
no se debe olvidar la importancia del ejercicio y de la actividad física.
Esto,
dicen los expertos, no significa sudar profusamente en un gimnasio.
Elija
actividades físicas que disfrute, como caminar o andar en bicicleta, y añada
minutos adicionales dedicados a estas actividades cada semana.
También
es buena idea comprarse un podómetro para medir el número de pasos que da cada
día e incremente esa cantidad gradualmente.
Además,
otra recomendación de la doctora Albala es evitar las
dietas que prometen "milagros" de perder peso rápidamente o las que
están de moda y que sugieren comer sólo uno o dos alimentos, o aquellas que
dicen que determinados alimentos "queman grasas".
Ninguna
de estas dietas tiene éxito y pueden ser riesgosas, porque no ofrecen todos los
micronutrientes que necesita el organismo.
¿Cómo
mantenerse delgado?
"Pero
una vez que bajamos de peso, ¿cuánto tiempo soy capaz de mantener ese peso
ideal?", se pregunta Albala.
"Una
de las cosas más importantes para la manutención, además por supuesto del
ejercicio, es pesarse".
"Las
personas que se pesan por lo menos una vez a la semana -obviamente estamos
hablando de los que siguen una dieta y hacen ejercicio- son las que logran
mantener su bajo peso".
"Porque
son las que logran asumir, por sí mismas, si están comiendo más o menos. Y es
que bajar un kilo cuando usted lo sube no cuesta nada, pero bajar diez kilos sí
que cuesta", dice la nutricionista.
En
efecto, por lo general nos pesamos sólo cuando estamos haciendo dieta, pero una
vez que bajamos de peso o cuando no estamos haciendo dieta nos olvidamos de la
báscula.
"Le
puedo decir que, en mi experiencia de 30 años como nutricionista, eso que
parece tan simple como pesarse es lo que menos hace la gente y lo que es más
útil para estar permanentemente consciente del peso corporal".
"Así
que mi consejo es: cómprese una pesa antes de empezar su dieta, siga una dieta
balanceada y saludable, haga ejercicio de forma regular y pésese
continuamente".
Los programas comerciales para perder
peso sí funcionan
Un
estudio sobre las estrategias más efectivas para perder peso encontró que los
programas comerciales -como Weight Watchers- son el doble de efectivos que la asesoría
tradicional de un médico.
La
investigación, que aparece publicada en la revista médica The
Lancet, involucró a 772 individuos obesos o con
sobrepeso en Australia, Alemania y el Reino Unido.
Encontró
que aquellos que fueron inscritos en un programa comercial de pérdida de peso
lograron perder en 12 meses el doble de peso que los que recibieron
tratamientos convencionales.
Además,
el programa también pareció ayudar a reducir los niveles de colesterol y el
tamaño de la cintura, disminuyendo el riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedad
cardiovascular.
El
estudio fue llevado a cabo por la doctora Susan Jebb, de la Unidad de Investigación Nutrición Humana del
Consejo de Investigación Médica (MRC) del Reino Unido.
Estrategia
efectiva
Los
resultados, afirma la investigadora, muestran que este tipo de programas de
asistencia de pérdida de peso, llevados a cabo conjuntamente con los programas
de asistencia primaria, podrían ser una estrategia positiva para reducir las
enormes tasas de obesidad y sobrepeso que enfrentan muchos países del mundo.
Los
programas comerciales para perder peso ofrecen a los participantes, a cambio de
una cuota, reuniones semanales en las que se ofrece apoyo, consejos y asesoría,
se pesa al participante y se promueve la reducción calórica,
la dieta balanceada y el incremento en la actividad física.
Por
otra parte, las regulaciones sanitarias de muchos países indican que un médico
general debe asesorar a un paciente obeso o con sobrepeso sobre alimentos y
actividades que conduzcan a la pérdida de peso.
Los
investigadores del MRC querían analizar cuál es la intervención clínica más
efectiva para tratar el problema de obesidad. Para ello dividieron a los
participantes al azar en dos grupos.
El
primero recibió una afiliación de doce meses al programa de Weight
Watchers de su localidad. Y el segundo fue asignado a
la asesoría convencional de asistencia primaria que ofrecen las clínicas de
salud general.
Después
de 12 meses, los resultados mostraron que los individuos que habían participado
en el programa comercial perdieron en promedio 5,06 kilos.
Los
que recibieron consejos de su médico perdieron 2,2 kilos en promedio.
Además,
los individuos del primer grupo mostraron una reducción de 5,60 centímetros en
la circunferencia de su cintura, comparado con 3,16 en el grupo que recibió
asesoría de su médico general.
Ambos
grupos mostraron menores niveles de presión arterial.
Apoyo y motivación
Tal
como señalan los autores "las pérdidas de peso similares que se lograron
en Australia, Alemania y el Reino Unido implican que este programa comercial,
en asociación con los servicios de salud primaria, es una intervención robusta
que podría generalizarse en otros países económicamente desarrollados".
"La
mayor pérdida de peso de los participantes asignados al programa comercial
estuvo acompañado de mayores reducciones en la circunferencia de la cintura y
la masa de grasa que en los participantes asignados a los servicios
convencionales".
"Se
esperaría que estas reducciones conduzcan a una disminución en el riesgo de
diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular" agregan.
Los
investigadores creen que la motivación y el apoyo que ofrecen semanalmente los
programas comerciales de pérdida de peso tienen un impacto importante en el
paciente.
Pero
ahora, dicen, se necesitarán más estudios para determinar si este apoyo y motivación
de grupo ayudan también a mantener a largo plazo el bajo peso corporal logrado.
Sin
embargo, tal como señalan otros expertos, un obstáculo importante para el
establecimiento más amplio de esta estrategia es su alto costo.
No
todos los países, principalmente aquéllos en desarrollo donde el problema de la
obesidad se está incrementando de forma alarmante, serían capaces de
financiarlos.
El peso corporal, principal causante de
cáncer de mama
El
sobrepeso es el principal causante de la forma más común de cáncer de mama,
revela una investigación británica.
El
consumo de alcohol y de tabaco son los siguientes responsables, afirman los
científicos de la Universidad de Oxford, Inglaterra.
La
forma más común de tumores de mama se desarrolla debido a un aumento en el
nivel de hormonas sexuales.
Y
tal como señalan los investigadores en en British Journal of Cancer (Revista Británica de
Cáncer), el exceso de grasa almacenada en el cuerpo, seguido del alcohol y los
cigarrillos, incrementan estos niveles hormonales.
Los
estudios han demostrado que las mujeres postmenopáusicas
con altos niveles de estrógeno y testosterona tienen entre dos y tres veces más
riesgo de desarrollar cáncer de mama que las mujeres con los menores niveles.
Desde
hace tiempo se sabe que los factores que influyen en los niveles de estas
hormonas -el embarazo, la píldora anticonceptiva y la menopausia- pueden
cambiar el riesgo que una mujer tiene de sufrir la enfermedad.
Niveles
hormonales
La
nueva investigación analizó los registros de cerca de 6.300 mujeres postmenopáusicas que habían participado en 13 estudios
diferentes.
Los
científicos compararon los datos de la edad, tipo de menopausia (natural o
provocada por cirugía), índice de masa corporal (IMC), tabaquismo, consumo de
alcohol y factores reproductivos de las participantes.
Se
encontró que la mayor impacto en los niveles de
hormonas sexuales es el IMC -el promedio entre la altura y el peso de una
persona- en particular mantener un IMC de 25 o más.
Éste,
dicen los científicos, es el que causa el mayor incremento en el nivel de
estrógenos y progesterona. Y este incremento puede
explicar porqué las mujeres postmenopáusicas y obesas
son las que tienen más riesgo de cáncer de mama.
Asimismo,
se encontró que las mujeres que beben unas 2,5 unidades de alcohol al día (una
botella de cerveza o una copa mediana de vino) tienen niveles más altos de
todas las hormonas, principalmente estrógeno.
Y
las mujeres que fuman 15 cigarrillos al día también tienen niveles
moderadamente altos de todas las hormonas, principalmente testosterona.
"Nuestro
estudio muestra que los cambios en los niveles hormonales pueden explicar la
asociación de los factores de riesgo establecidos, como la obesidad, en el
cáncer de mama", dice la doctora Gillian Reeves, quien dirigió el estudio.
"Otros
estudios han encontrado que el peso corporal y el alcohol pueden afectar los
niveles hormonales y esta investigación lo confirma", agrega.
Por
su parte, la doctora Julie Sharp,
de la organización Cancer Research
Uk, que financió el estudio, afirma que "éste es
un estudio importante porque muestra cómo el alcohol y el peso pueden influir
en los niveles hormonales".
"Entender
su papel en el desarrollo de cáncer de mama es vital".
"Sabemos
que el riesgo de la enfermedad puede estar influido por la historia familiar y
la edad, pero hay otras cosas que las mujeres pueden hacer para reducir el
riesgo".
"Mantener
un peso corporal sano y reducir el consumo de alcohol son clave para reducir el
riesgo de cáncer de mama", señala la experta.