EL MUNDO
5 abril 2011
Células de la médula
ósea que 'se convierten' en piel
Laura Tardón
Son capaces acelerar la cicatrización de las heridas y las
quemaduras.
Puede
que algún día las células de la médula ósea formen parte del tratamiento de
úlceras y quemaduras. Una nueva investigación corrobora que contribuyen
significativamente a la regeneración de la piel dañada y así lo refleja un
artículo publicado en la revista 'Proceedings of the National
Academy of Sciences (PNAS)'.
Con
el objetivo de identificar cuáles son las células responsables de este proceso,
un grupo de científicos de la Universidad de Osaka (Japón) y del King's College London (Reino Unido) han desarrollado un curioso estudio
con ratones. Primero, irradiaron al animal de forma letal, haciéndose necesario
un trasplante de médula ósea para mantenerlo vivo. Mientras tanto, habían
manipulado genéticamente a otros ratones para que todas sus células se
expresaran con un color verde fluorescente, a través de proteínas verdes
fluorescente (GFP, por sus siglas en inglés-), una de las principales
herramientas de trabajo de la biociencia moderna. De
estos extrajeron la médula ósea y la trasplantaron a los animales radiados. Una
vez finalizada la intervención, les provocaron una herida y observaron su
evolución. Los resultados fueron muy positivos.
Como
subrayan los propios investigadores, "un significativo número de células
'verdes' acudía a la zona dañada y conseguía reconstruir más rápidamente piel
nueva". De alguna forma, dichas células tienen directrices para cicatrizar
la piel. Hay una serie de proteínas (como la HMGB1), tal y como muestra el
estudio, que "movilizan a estas células desde la médula hasta la zona
donde sean necesarias".
El camino es largo
Según
Damián García Olmo, director de la Unidad de Terapia Celular del Hospital La
Paz (de Madrid), "esta investigación confirma una vez más que las células
de la médula ósea mejoran algunos tipos de cicatrización. Además, los autores
intentaron caracterizar las células responsables de este proceso, aunque,
finalmente, no concluyen nada definitivo". Lo que sí se ve es que
"son bastante compatibles con las células mesenquimales,
que son las que más se están utilizando en las investigaciones sobre reparación
de tejidos", agrega.
En
la actualidad, este especialista español está inmerso en varios trabajos
relacionados con el papel de las células madre en la cicatrización de la piel,
tanto las procedentes de la médula ósea como de la grasa. "Al principio se
pensaba que sólo se localizaban en la médula, pero también se encuentran en
otros tejidos, como el músculo y la zona periodontal",
señala el doctor García Olmo. Se extraen mediante punción (médula ósea) o
liposucción (en el caso de la grasa). "Se seleccionan las células mesenquimales para inyectarlas directamente sobre la herida
o en alguna arteria para que llegue al foco que se necesita reparar".
Desgraciadamente,
aún nadie ha demostrado de forma fehaciente que esta terapia avanzada sea tan
útil como para trasladarla a la práctica clínica. De hecho, "en nuestros
estudios, aunque obtenemos buenos resultados, no son tan brillantes como
esperábamos".