EL
MUNDO
2 marzo
2024
Las
cabinas de bronceado no preparan la piel para la exposición solar
Gema Suárez Mellado
Los expertos advierten: "Estos
elementos de bronceado son cancerígenos, por lo que el riesgo de desarrollar un
cáncer en la piel es muy elevado y debería ser evitado al máximo"
Los aparatos de bronceado artificial, las llamadas lámparas
o camas de bronceado, emiten radiación ultravioleta UVA y UVB para activar la
producción de melanina y que la piel se ponga morena. Son rayos como los que el
sol genera o peor, puesto que la intensidad emitida de las camas de bronceado
es muy superior a la de la radiación solar. Esto hace que sean mucho más
perjudiciales que los rayos solares y aumente el riesgo de sufrir un cáncer de
piel.
La vocal de Dermofarmacia del Colegio Oficial de
Farmacéuticos de Zaragoza, Virigina Barrau, lo puede decir más alto, pero no más claro. Este es
el principal mensaje que transmitirán las 500 farmacias de la provincia,
inmersas en una campaña de educación sanitaria promovida por el colegio en
colaboración con la Asociación Española Contra el Cáncer y la Asociación
Melanoma España bajo el título Tú decides, #Noterayes.
Patxi García, gerente en Aragón de la Asociación Española
Contra el Cáncer, incide en que "es fundamental trabajar para que la
sociedad conozca que estos elementos de bronceado son
cancerígenos, por lo que el riesgo de desarrollar un cáncer en la piel es muy
elevado y debería ser evitado al máximo".
Y esto no lo dicen solo Barrau y
García, sino también la Organización Mundial de la Salud (OMS), que califica a
las camas de bronceado en el Grupo 1 como "cancerígenas para los
humanos", el puesto más elevado, pues aumentan la incidencia de cáncer de
piel y reducen la edad de su primera aparición. "Las iguala incluso con el
poder cancerígeno del tabaco", añade la vocal.
En esta acción, además, se va a explicar que, aunque existen
camas solares que se emplean para el tratamiento de ciertas patologías de la
piel y otros órganos, "siempre deben contar con la prescripción y
supervisión de un médico".
A pie de mostrador
En declaraciones a este medio, Barrau
afirma que, a veces, a pie de mostrador ven personas con irritación cutánea y
picor provocados por el uso de las cabinas de bronceado, pero el problema, en
su opinión, es que en estos aparatos "el UVB que irradian es pequeño en
comparación con el UVB del sol y el UVB es el que quema. Si tú ves que te estás
quemando no sigues poniéndote al sol. En cambio, si te metes en estas cámaras a
priori no sales muy rojo y por eso te vuelves a meter y no ves cómo tu piel se
va lesionando".
A esto hay que añadir, continúa la experta, que "en las
cabinas lo que más irradian es el UVA que produce mutaciones en el ADN celular,
fotoenvejecimiento de la piel y activación de la melanina antigua". Y
sigue: "Por otro lado, estas cámaras no consiguen activar la vitamina D,
que es lo beneficioso del sol, y que es muy importante para los huesos".
¿Qué hacer, entonces con estos pacientes que ya han pasado
por estas cabinas? A esta pregunta, Barrau responde
que lo primero es quitarles de la cabeza una idea que tiene mucha gente:
"Las cabinas de bronceado no preparan la piel para la exposición solar. Lo
que están haciendo es dañar su piel y su salud".
Asimismo, dice que hay que insistir en que de nada sirve
usar un fotoprotector cuando uno se introduce en estas cabinas de bronceado:
"Es como fumar con filtro. Yo no fumaría, ni con filtro ni sin él. De
hecho, en Australia y en Brasil está prohibido poner negocios con estas cabinas
(otra cosa es a nivel particular)".
Por tanto, el mejor consejo que se puede dar en la farmacia
es que la gente "disfrute del sol con moderación y fotoprotección, que
disfrute de las actividades al aire libre, de los amigos...". Y ahora es
el momento de hacerlo, puesto que recuerda que "vienen las bodas, bautizos
y comuniones y a la gente le gusta verse morena, porque es una moda".
Incluso, Barrau comenta que se
puede dar una opción alternativa y saludable a ese deseo de querer verse si no
como Julio Iglesias al menos sí con un poco de color. Hablamos del
autobronceador, "que los hay muy buenos en la farmacia", asegura. Y
es que, han evolucionado mucho y son mejores que antes. Los de ahora "se
extienden bien; quedan uniformes; sirven para unificar el tono de la gente con
piel más oscuras y aspecto cetrino y para los que tienen una piel más blanca;
ya no huelen mal, porque antes olían a oxidados; son resistentes a varios
lavados, y otros tienen un efecto rápido, es decir, te los puedes aplicar y a
la media hora ya ha subido un tono el color de la piel. Hay muchas
opciones".
¿Y qué hacer cuando ya hay lesión? "Ante las
irritaciones, se pueden recomendar cremas calmantes con activos frente al picor
y el disconfort de la piel".