EUROPA
PRESS
14 marzo
2023
Turquía
cierra servicios en dos hospitales por el brote de botulismo, que ya suma 67
casos
A través de un comunicado, el ECDC ha
elevado a 67 los casos de botulismo (53 en Turquía, 12 en Alemania, uno en
Austria y otro en Suiza) en Turquía. Todos los pacientes fueron sometidos a
intervenciones médicas entre el 22 de febrero y el 1 de marzo destinadas a
ayudarles a perder peso con inyecciones gástricas de toxina botulínica.
De los 63 casos con información disponible, 60 están relacionados
con un hospital privado de Estambul y tres con un hospital privado de la ciudad
turca de Esmirna. En estos dos centros, "se han suspendido las actividades
de los departamentos pertinentes de ambos hospitales y se han abierto
investigaciones contra las partes implicadas".
El organismo europeo detalla que las investigaciones
llevadas a cabo por las autoridades turcas han revelado que en los tratamientos
se administraron productos de toxina botulínica "autorizados", pero
que estos productos "no están aprobados para el tratamiento de la obesidad
mediante inyección intragástrica".
Sobre las razones detrás de estos casos, el ECDC apunta que
"en este momento no está claro si este suceso representa un problema
terapéutico o de procedimiento en los hospitales implicados, o si hay un
problema con el producto administrado".
Por el momento, hay casos leves como graves, aunque ya se
han producido varias hospitalizaciones e ingresos en Unidades de Cuidados
Intensivos (UCI). Los hospitalizados han recibido tratamiento con antitoxina
botulínica.
Las autoridades europeas piden no someterse a este
tratamiento en Turquía
La inyección de toxina botulínica intragástrica en animales
y humanos se emplea en ocasiones como tratamiento para la obesidad, aunque no
está autorizada en España. Su efecto incluiría el retraso del vaciamiento
gástrico y la inducción de saciedad temprana, con la consiguiente disminución
de la ingesta y la pérdida de peso. Sin embargo, presenta más riesgos que otras
operaciones para la pérdida de peso, ya que esta toxina en dosis altas es
peligrosa.
Ante este riesgo, el ECDC ha pedido
"encarecidamente" a los ciudadanos que eviten los tratamientos
intragástricos con toxina botulínica contra la obesidad en Turquía, ya que
"actualmente se asocian a un riesgo significativo de desarrollar
botulismo".
En el caso de los pacientes europeos, todos son adultos de
mediana edad y diez de ellos (8 de Alemania y los afectados en Austria y Suiza)
recibieron el tratamiento en la misma clínica.
De acuerdo con la información que maneja en estos momentos
el organismo europeo, por el momento no hay indicios de que el tratamiento haya
sido organizado por una empresa comercial de viajes médicos. En cambio, la
información recibida de las entrevistas con los pacientes indica que se utilizó
un grupo de 'WhatsApp' para contactar con el hospital.
Tres de los casos en Alemania recuerdan el nombre del
producto utilizado en sus operaciones, y en todos ellos coincidía. El caso de
Austria es una mujer entre los 25 y 44 años que recibió este tratamiento el 22
de febrero. Según esta paciente, su inyección fue "autoadministrada"
en la propia clínica. La mujer fue hospitalizada con síntomas de botulismo
(ptosis, disfagia, disnea, debilidad en el cuello, debilidad muscular
generalizada).
Mientras tanto, el caso de Suiza sigue siendo sospechoso y
aún no está confirmado. Es también una mujer, en este caso de 45 a 64 años, que
también recibió la inyección el 22 de febrero en la clínica sospechosa.
Las autoridades europeas temen que salgan a la luz más
casos, "teniendo en cuenta la posible variación en la presentación clínica
de la enfermedad botulínica". "Pueden producirse nuevos casos, sobre
todo entre las personas que viajen a Turquía para someterse a tratamientos médicos
que impliquen la inyección intragástrica de la neurotoxina botulínica",
señalan.
El ECDC aconseja a las personas que hayan viajado a Estambul
e Izmir para someterse a este tratamiento y presenten síntomas compatibles con
botulismo (debilidad, dificultad para respirar y/o tragar) que acudan al médico
"lo antes posible".
Hay antecedentes de casos de botulismo muy similares
No es la primera vez que el ECDC investiga casos similares
de botulismo. En 2019, Francia notificó un caso sospechoso de botulismo en una
mujer de 25 a 44 años tras una inyección intragástrica de la neurotoxina
botulínica en Egipto para perder peso. Después, tuvo que ser hospitalizada a su
vuelta a Francia.
Además, una alerta de la Organización Mundial de la Salud
(OMS) sobre productos médicos de agosto de 2022 informó de cinco lotes
falsificados de neurotoxina botulínica en cinco países: Jordania (mayo de
2022), Turquía (mayo de 2022), Kuwait (junio de 2022), Reino Unido (junio de
2022) y Polonia (julio de 2022). Sin embargo, el ECDC "desconoce si estos
lotes se han utilizado para el tratamiento en los casos notificados hasta
ahora".
En el pasado también se han notificado brotes de botulismo
iatrogénico, a veces relacionados con neurotoxina botulínica falsificada o no
autorizada, tras diferentes procedimientos clínicos, por ejemplo en Egipto y
Turquía.
El botulismo es una enfermedad neuroparalítica
grave causada principalmente por la toxina botulínica, producto de la bacteria
'Clostridium botulinum'. La
enfermedad se presenta de forma natural en cuatro formas diferentes: botulismo
alimentario, intestinal, infantil y de heridas.
Hay otras dos formas de botulismo que no se producen de
forma natural: por inhalación e iatrogénico, que es la forma más reciente de
botulismo provocada por el hombre, mayormente en tratamientos médicos con pocas
garantías. Así, la intoxicación puede producirse como acontecimiento adverso
tras la administración de neurotoxina botulínica por razones terapéuticas o
cosméticas.
Aunque se considera poco frecuente, las personas que reciben
inyecciones de neurotoxina botulínica con fines cosméticos (por ejemplo, para
las arrugas faciales) o tratamientos terapéuticos (por ejemplo, para el
tratamiento de la espasticidad muscular) pueden desarrollar botulismo
iatrogénico si se les inyecta una dosis excesiva.
Los síntomas del botulismo iatrogénico se caracterizan por
debilidad y dificultad para tragar. Las toxicidades tras un tratamiento
cosmético incluyen síntomas oftalmológicos y orofaríngeos (visión borrosa,
párpado caído, dificultad para tragar y sequedad de boca), mientras que las
toxicidades tras tratamientos terapéuticos están relacionadas con la dificultad
para respirar y la debilidad.
Los síntomas del botulismo pueden ser muy graves y requerir
un tratamiento de cuidados intensivos, así como la administración de una
antitoxina. Incluso cuando se dispone de estos tratamientos, la recuperación
completa suele tardar semanas o meses, tal y como recuerda el ECDC. En el caso
del botulismo de origen alimentario, entre el 5 y el 10 por ciento de los casos
son mortales.