EL MUNDO
2 febrero 2011
'
Jacobo G. García
Sandra Ávila Beltrán permanece presa desde hace más de tres
años. Es una de las pocas mujeres que ha logrado destacar en el mundo de la
droga.
En
su libro 'La reina del Pacífico', del periodista Julio Scherer,
el autor describe a Sandra Ávila Beltrán como una mujer extremadamente coqueta,
de pelo color carbón y con un perfil que algún cirujano plástico estropeó,
dejándole la nariz ligeramente hacia arriba.
Así
era ella antes y después de entrar a la cárcel. Así era ella antes y después
del bótox. Porque esas costumbres no se dejan ni
siquiera en prisión y menos si has sido una de las grandes.
Precisamente
una inyección de bótox entre rejas a 'La reina del
Pacífico', le ha costado el puesto a la directora y a
la encargada del hospital de Santa Martha, donde está la conocida
narcotraficante. Ávila Beltrán permanece presa desde hace más de tres años en
la cárcel para mujeres en las afueras del Distrito Federal por hacer de
intermediaria entre narcotraficantes colombianos y el cartel mexicano de
Sinaloa.
Según
la investigación, el pasado 10 de enero médicos de la cárcel solicitaron a la
dirección la entrada de un médico externo para aplicarle una "vacuna"
a "
Aunque
hasta ahora ha sido absuelta de los juicios abiertos (el más reciente es sobre
el decomiso de 10 toneladas de cocaína) '
Pero
desde que fue capturada, hace tres años, la leyenda sobre '
Tampoco
su cautivadora belleza, pasaron desapercibidos para el veterano periodista
durante la larga entrevista que mantuvo con ella en prisión. "Sobre el
escote de Sandra Ávila no dejo de admirar la cruz que cuelga de una larga
cadena. La cruz mide unos cinco centímetros y llega al inicio de la apertura de
los senos. Podría ser una pequeña obra de arte, pienso" dice Julio Sherer en su libro. Para el gobierno de Felipe Calderón, '