EUROPA
PRESS
29 marzo
2023
Esta
mala hierba invasora, un elixir antienvejecimiento
El fruto de la bardana común ('Xanthium strumarium'), que crece
en todo el mundo y a menudo se considera una mala hierba nociva, tiene
componentes antioxidantes y antiinflamatorios que podrían hacerla útil como
protector de la piel, según una nueva investigación presentada en Discover BMB, la reunión anual de la Sociedad Americana de
Bioquímica y Biología Molecular.
Los investigadores descubrieron que los compuestos de los
frutos puntiagudos de esta especie reducían los daños causados por la
exposición a los rayos UVB y aceleraban la cicatrización de heridas en pruebas
de laboratorio con células y tejidos. Los extractos de la planta también
parecen influir en la producción de colágeno, una proteína que da elasticidad a
la piel y previene las arrugas.
"Descubrimos que el fruto de la bardana tiene potencial
para proteger la piel y ayudar a aumentar la producción de colágeno --afirma Eunsu Song, doctorando de la
Universidad Myongji de Corea del Sur, que realizó la
investigación con la profesora Jinah Hwang--. En este
sentido, podría ser un ingrediente atractivo para cremas u otras formas
cosméticas. Probablemente mostrará un efecto sinérgico si se mezcla con otros
compuestos eficaces contra el envejecimiento, como el ácido hialurónico o el
retinoico".
La bardana es una planta originaria del sur de Europa, Asia
Central y China que se ha extendido por todo el mundo y suele encontrarse en
zonas húmedas o arenosas, como cunetas y riberas. Sus
característicos frutos, cubiertos de cáscaras rígidas y rebabas, se han
utilizado durante siglos en la medicina tradicional para el dolor de cabeza, la
congestión nasal, los trastornos de la pigmentación de la piel, las
enfermedades relacionadas con la tuberculosis y la artritis reumatoide. En los
últimos años, los científicos han estudiado su posible uso en tratamientos
contra la artritis reumatoide y el cáncer.
El nuevo estudio es el primero que examina las propiedades
de esta fruta como cicatrizante y protector de la piel. Los investigadores
estudiaron primero las propiedades moleculares de los extractos del fruto de la
cucurbitácea y aislaron determinados compuestos que podrían contribuir a sus
efectos antioxidantes y antiinflamatorios.
A continuación utilizaron cultivos celulares y un modelo de
tejido en 3D con propiedades similares a las de la piel humana para estudiar
cómo afectan estos compuestos a la producción de colágeno, la cicatrización de
heridas y los daños causados por la radiación UVB.
Los resultados mostraron que los extractos del fruto de la
cucurbitácea favorecían la producción de colágeno, aceleraban la cicatrización
de las heridas y ejercían un efecto protector contra la radiación UVB. Al
comparar la bioactividad de los frutos de bardana cultivados en distintos
lugares, los investigadores descubrieron que los cultivados en Corea del Sur
tenían propiedades antioxidantes y antiinflamatorias ligeramente superiores y
mayor actividad cicatrizante que los cultivados en China.
Los investigadores advirtieron que altas dosis de extracto
de fruto pueden ser perjudiciales y que es necesario seguir investigando para
determinar cómo utilizarlo con seguridad en aplicaciones cosméticas o
farmacéuticas.
"En sus abrojos, el fruto de la cucurbitácea también
contiene un componente tóxico, el carboxiatraquilósido,
que puede dañar el hígado, explica Song. La
caducifolia mostró un potencial como agente cosmético al aumentar la síntesis
de colágeno; sin embargo, mostró resultados negativos con concentraciones más
altas. Por tanto, encontrar la concentración adecuada parece muy importante y
sería clave para comercializar extractos de frutos de cadillo en
cosmética".
De cara al futuro, los investigadores planean seguir
estudiando los mecanismos biológicos implicados y realizar experimentos en
animales alternativos para explorar formas de adaptar con seguridad los
extractos del fruto de la cucurbitácea para su uso en productos cosméticos.