EL MUNDO
20 julio 2011
Siete claves para
prevenir la aparición de Alzheimer
Laura Tardón
La mitad de los casos se relacionan con el tabaco, la
hipertensión o la obesidad. Dejar de fumar o hacer más ejercicio podría prevenir
tres millones de afectados. Esta enfermedad podría detectarse 20 años antes de
manifestarse.
La
mitad de los casos de Alzheimer en todo el mundo
están asociados a siete factores de riesgo que podrían prevenirse: tabaco,
sedentarismo, escasa actividad mental, hipertensión, diabetes, obesidad y
depresión. Según una revisión de estudios publicada en 'Lancet
Neurology', reducir esta lista en torno a un 25%
podría evitar unos tres millones de afectados.
Los
resultados que se desprenden de este trabajo "sugieren que simples cambios
en el estilo de vida, tales como dejar de fumar y practicar más deporte,
podrían tener un tremendo impacto en la prevención del Alzheimer
y otras demencias", afirma Deborah Barnes, principal autora de este documento y profesora de
Psiquiatría en la Universidad de California (San Francisco, EE.UU.).
Como
refleja el artículo, en la actualidad hay 33,9 millones de personas con Alzheimer y se calcula que en los próximos 40 años, esta prevalencia se va a triplicar. Dadas las cifras y la
ausencia de tratamientos preventivos y curativos, argumenta Barnes,
"cada vez hay más interés por encontrar estrategias que puedan ser útiles
en la prevención".
Después
de repasar varios estudios y meta-análisis de la 'Library
Cochrane', la investigadora Barnes
y su compañera Kristine Yaffe,
confirmaron un total de siete factores de riesgo modificables relacionados con
el 51% de los casos de Alzheimer. Teniendo en cuenta
su repercusión, esta lista podría ser una propuesta interesante, aunque para
que realmente fuera útil, la población tendría que estar debidamente informada.
Para ello, es decir, para reducir dichos factores de riesgo y, por lo tanto,
disminuir los casos de Alzheimer, "tendrían que
ponerse en marcha campañas para dejar de fumar y otras iniciativas de salud
pública para incrementar la actividad física y mental a lo largo de la
vida".
Una teoría dudosa
A
pesar de tratarse de una revisión a gran escala, los autores reconocen que sus
conclusiones están basadas en la asunción de una relación causal entre cada
factor de riesgo y la enfermedad de Alzheimer. Sin
embargo, "habría que confirmar si esta asunción es correcta".
Jacques
Selmés, secretario de la Fundación Alzheimer España (FAE) y ex presidente de Alzheimer Europe, lo explica así:
"Hay muchas publicaciones en revistas científicas sobre estos y otros
factores de riesgo. Unos confirman la asociación con el Alzheimer
y otros no encuentran significación estadística. Por esta razón, para aclarar
este asunto, en 2010, la Agencia Nacional de Salud de EE.UU. hizo un análisis
retrospectivo de unos 2.000 trabajos. Al final, concluyeron que no había
evidencia científica certera para determinar los factores de riesgo de esta
enfermedad neurodegenerativa".
En
este punto, reflexiona el especialista, "¿vale la pena desarrollar una
estrategia de prevención teniendo en cuenta información que aún no tiene base
científica?".
20 años antes de los síntomas
Mientras
tanto, también otros estudios, presentados en la Conferencia Internacional de
la Asociación de Alzheimer en París que se está celebrando
estos días, revelan más datos relacionados con la prevención. Los científicos
recuerdan que el Alzheimer heredado podría detectarse
hasta 20 años antes de que la enfermedad se manifieste.
Detectar
este problema con tanta antelación es una prioridad para los investigadores, ya
que en fases más avanzadas, "los daños cerebrales están más extendidos y
resultaría difícil o imposible reparar la memoria u otras habilidades
mentales", señala Randall Bateman,
de la facultad de Medicina de la Universidad de Washington (EE.UU.) y uno de
los principales autores de una investigación internacional que se está
desarrollando sobre las formas heredadas de Alzheimer.
Los
primeros resultados (el estudio continúa en marcha) confirman lo que ya
apuntaban las investigaciones realizadas con la forma esporádica de la
enfermedad (factores de riesgo), es decir, que se observan cambios en los
niveles de los marcadores biológicos (en el líquido cefalorraquídeo) años antes
de que la demencia se haga evidente.
"Con
los marcadores biológicos (fiables en el 80%-85% de los casos) y la resonancia
magnética nuclear se puede predecir la enfermedad años antes de desarrollar Alzheimer, pero en la práctica clínica esto no sirve de
nada si no tenemos tratamiento curativo o preventivo", aclara el
investigador Selmés. "De momento, estas pruebas
sólo se utilizan en ensayos clínicos".
Hasta
el momento, añade Selmés, "la mayoría de los
estudios se centran en personas con la forma esporádica de Alzheimer
(que suponen el 99% de los casos)". Aquí está la novedad: el equipo de Randall Bateman está trabajando
con afectados de Alzheimer hereditario (1%). "Se
sabe que estas formas de la enfermedad modifican los genes. Quizás encuentren
algo sobre el mecanismo de acción que ayude a avanzar en la prevención del Alzheimer 'esporádico'", concluye Selmés.
Este
es el objetivo de Randall y su grupo de
investigadores. "Puede que nuestra investigación sea útil para el Alzheimer más común".