EUROPA
PRESS
18 junio
2024
¿Es
el Alzheimer hereditario?
Un nuevo estudio realizado por
investigadores del Mass General Brigham (Estados Unidos) sugiere que el hecho
de que una persona herede el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer de su
madre o de su padre influye en el riesgo de cambios biológicos en el cerebro
que conducen a la enfermedad.
Al evaluar a 4.400 adultos sin problemas cognitivos de entre
65 y 85 años, el equipo encontró que aquellos con antecedentes de enfermedad de
Alzheimer (EA) por parte de su madre o de ambos padres tenían un aumento de
amiloide en el cerebro. Sus resultados se publican en ‘JAMA Neurology’.
"Nuestro estudio encontró que si los participantes
tenían antecedentes familiares por parte de su madre, se observaba un nivel de
amiloide más alto", destaca el autor principal correspondiente, Hyun-Sik Yang, neurólogo del Mass General Brigham y neurólogo
conductual de la División de Ciencias Cognitivas y Conductuales.
Yang colaboró con otros investigadores del Mass General
Brigham, así como con investigadores de Vanderbilt y la Universidad de Stanford
(Estados Unidos). Tal y como comenta, estudios anteriores más pequeños han
investigado el papel que desempeñan los antecedentes familiares en la
enfermedad de Alzheimer. Algunos de esos estudios sugirieron que los
antecedentes maternos representaban un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer,
pero el grupo quería volver a examinar la cuestión con participantes
cognitivamente normales y acceder a un conjunto de datos de ensayos clínicos
más amplio.
Con este fin, el equipo examinó los antecedentes familiares
de adultos mayores del estudio Tratamiento antiamiloide en Alzheimer
asintomático (A4), un ensayo clínico aleatorizado destinado a la prevención de
la EA. Se preguntó a los participantes sobre la aparición de los síntomas de
pérdida de memoria en sus padres. Los investigadores también preguntaron si sus
padres alguna vez fueron diagnosticados formalmente o si hubo confirmación de
la autopsia de la enfermedad de Alzheimer. "Algunas personas deciden no
realizar un diagnóstico formal y atribuyen la pérdida de memoria a la edad, por
lo que nos centramos en un fenotipo de pérdida de memoria y demencia",
matiza Yang.
Posteriormente, los investigadores compararon esas
respuestas y midieron el nivel amiloide en los participantes. Descubrieron que
los antecedentes maternos de deterioro de la memoria en todas las edades y los
antecedentes paternos de deterioro de la memoria de aparición temprana se
asociaron con niveles más altos de amiloide en los participantes asintomáticos
del estudio. Los investigadores observaron que tener únicamente antecedentes
paternos de deterioro de la memoria de aparición tardía no se asociaba con
niveles más altos de amiloide.
"Si su padre tuvo síntomas de aparición temprana, eso
se asocia con niveles elevados en la descendencia", enuncia Mabel Seto,
primera autora e investigadora postdoctoral en el Departamento de Neurología de
Brigham. "Sin embargo, no importa cuándo su madre comenzó a desarrollar síntomas;
si los tuvo, está asociado con niveles elevados de amiloide".
Seto trabaja en otros proyectos relacionados con las
diferencias sexuales en neurología. Así, comenta que los resultados del estudio
son fascinantes porque el Alzheimer tiende a ser más frecuente en las mujeres.
"Es realmente interesante desde una perspectiva genética ver cómo un sexo
contribuye con algo que el otro sexo no aporta", destaca Seto. También
señala que los hallazgos no se vieron afectados por si los participantes del
estudio eran biológicamente hombres o mujeres.
Yang insiste en que una limitación del estudio es que los
padres de algunos participantes murieron jóvenes, antes de que pudieran
desarrollar síntomas de deterioro cognitivo. Por otra parte, factores sociales
como el acceso a los recursos y la educación también pueden haber influido en
el momento en que alguien reconoció el deterioro cognitivo y en si alguna vez
fue diagnosticado formalmente. De esta forma, los próximos pasos son ampliar el
estudio para observar otros grupos y examinar cómo la historia de los padres
afecta el deterioro cognitivo y la acumulación de amiloide a lo largo del
tiempo y por qué el ADN de la madre desempeña un papel clave.